A veces llegan cartas. El prestigiosísimo abogado Fernando Jordán Mejía le hizo llegar a mi amigo Carlos Alberto Saavedra Macías una interesante opinión sobre La Barca de Calderón que con el título “Los privilegiados del Valle” se publicó ayer 4 de septiembre de 2012 en las páginas de opinión de El Nuevo Siglo. Por el respeto que tengo por las opiniones ajenas me permito darle curso.
De Saavedra a Calderón. “Gordo. Para tu conocimiento, te reenvío correo que me remitió el señor Fernando Jordán Mejía, prestante abogado de la ciudad, en el cual me hace sentir su rechazo a la columna que escribiste. Cordial saludo. CA
La carta del doctor Jordán a Saavedra. Doctor Carlos Alberto Saavedra Macías:
Recibí el escrito que me mandó “La Barca de Calderón” de William Calderón del martes 4 de septiembre, en que se agrede a la vallecaucanidad y a una serie de vallecaucanos.
Ese escrito es un claro ejemplo del odio, de como un ser puede destilar veneno de una manera irresponsable, del amarillismo y la irresponsabilidad.
No entiendo como Usted pueda convertirse en portavoz y difusor de un escrito como ese.
El Panfleto. Debo decirle que como caleño, como vallecaucano, como persona que de alguna forma conozco a algunas de las personas a las que se refiere el panfleto, y si bien a otras no las conozco personalmente sé de sus ejecutorias y valía, lo rechazo totalmente y lo que debemos hacer los vallecaucanos es unirnos en contra de escritos amarillos, mediocres y atentatorios de nuestras gentes como ese.
Los actores y la mezcla. No se puede mezclar a personas como Federico Renjifo, Francisco Lloreda, Alejandro Eder, María Fernanda Campo, Mariana Garcés, Gustavo Adolfo Carvajal, con actores políticos, a los cuales los vallecaucanos podemos reclamarles por el estado de nuestro departamento y por la situación actual de él.
La sana crítica. Soy crítico, y debe haber sana crítica, de quienes se han hecho elegir como representantes de nuestra comarca y no han trabajado en provecho de ella, pero no puede pretender aprovecharse eso para vilipendiar a todo vallecaucano, a vallecaucanos que muchos vemos con orgullo.
Las denuncias de un Congresista. No pueden avalarse denuncias, entiendo temerarias en muchos casos, como las del senador César Tulio Delgado. Denuncias que sin fundamento hicieron daño a personas que con esfuerzo personal, trabajando muchos años en el sector privado y otros en diversos cargos públicos y privados cumplieron los requisitos para jubilarse. Eso sí es oportunismo politiquero.
Lo público y lo privado. No entiendo como mezcla lo público con lo privado, tratando de crear situaciones con relación a una empresa seria del Valle y orgullo nacional e internacional de nuestro departamento.
Le ruego no vuelva a enviarme escritos del señor William Calderón y por el contrario que rechacemos su ánimo destructor contra el Valle y sus gentes.
Atentamente,
Fernando Jordán Mejía”.