Los siameses electorales del CNE. La más reciente entrega de Juan Guerra, producto periodístico que dominicalmente nos presenta el Colectivo Mambrú, denuncia los desafueros de la Justicia Electoral impartida en los 10 últimos años por el Consejo Nacional Electoral y sus nueve cuerpos de siameses integrados por los 18 conjueces cooptados por los miembros de la misma entidad, episodio que no solo ha provocado inusitado revuelo en los círculos político-electorales y forenses de todo el país, sino que también puso a sonar las alarmas de la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría General en virtud de las posibles violaciones a la ley que tales conductas conllevan.
Un mosco en un vaso de leche. Al levantarle la enjalma al Consejo Nacional Electoral, la columna de Juan Guerra ha descubierto que las llagas y mataduras de esta hidra del clientelismo con mermelada, son de mucho temer, más ahora cuando los vacíos de la Ley Estatutaria de Garantías Electorales van a ser llenados, no mediante la misma ley complementaria, como lo sugeriría elementalmente cualquier aprendiz de derecho constitucional, sino que tales vacíos serán llenados, como mosco en vaso de leche, según lo escribió el propio ministro Alfonso Gómez Méndez (ver El Tiempo del primero de diciembre 2013, en su página 10: “Los riesgos de un vacío legislativo”) mediante un concepto que ya rindió a instancias del Gobierno el honorable Consejo de Estado.
Ojo a otro carrusel del entretenimiento. Eso quiere decir, simple y llanamente, que en el parque de diversiones de este debate electoral para ungir nuevos senadores y representantes a la Cámara, Parlamento Andino (que está en franca vía de extinción) y reelegir a Juan Manuel Santos como Presidente de la República, también vamos a tener nuestro carrusel: el de 9 miembros del CNE con sus 18 alegres conjueces, obviamente cada uno de los 27 convenientemente “enmermelados” para conculcar los derechos políticos fundamentales de los treinta y tres millones de ciudadanos colombianos habilitados para sufragar en los comicios de marzo y de mayo del nuevo año.
Una anécdota bien picante. Cuando el Congreso de la República se disponía a elegir como magistrado de alta Corte al doctor Plata Albarracín, un grupo de entusiastas porristas presentes en las atestadas barras del recinto gritaban a voz en cuello, sin dárseles nada: “Voten por Plata” ¡Y lo eligieron!
O sea que, guardadas proporciones, ¿ahora podemos gritar a todo pulmón: Que viva la reelección del presidente Juan Manuel Santos?
No, mamola, como diría el “mozalbete” liberal Horacio Serpa Uribe, parodiando al gran caudillo Jorge Eliécer Gaitán.
El bigote más famoso de la política nacional está más contento que un Valencia Cossio con chanfaina, porque el domingo 9 de marzo de 2014, a las 8 y 15 de la mañana quedará elegido como cabeza de lo que queda del liberalismo al nuevo Senado de la República.