En uno de los partidos más esperados del año en Italia, la Juventus (1º) del argentino Gonzalo Higuaín, recibe hoy al Nápoles (3º), exequipo del Pipita, en la undécima fecha de la Serie A.
Primero y segundo la temporada pasada, son los dos únicos representantes del país transalpino en la Liga de Campeones. Ahora la Juventus es líder con 24 puntos, 2 más que la Roma y 4 de diferencia con el Nápoles.
El norte más industrial y rico, ante el sur más deprimido y tradicional, un partido entre dos aspirantes al título que tendrá el morbo añadido de ver el choque entre Higuaín, fichaje más elevado de la historia de la Serie A (90 millones de euros) y sus excompañeros hasta hace unos meses en el Nápoles.
Sin duda, la presión será menor para Higuaín que cuando deba visitar en abril a su antigua afición en el estadio de San Paolo, en el que pasó de ídolo a villano tras fichar por el gran rival.
Poco acertado de cara a la portería contraria en las últimas fechas, “guarda los goles para el partido ante el Nápoles”, aseguró esta semana el central Giorgio Chiellini sobre el delantero argentino.
Pero más allá de todo lo que rodea a Higuaín, el partido es crucial en la carrera por el título de la Serie A. La Juve es líder, pero en los grandes partidos de esta temporada ha tropezado (derrotas ante los dos clubes de Milán).
El Nápoles, que suma dos triunfos consecutivos ante rivales asequibles como el Crotone y el Empoli, está a cuatro unidades de la Vecchia Signora.
A la espera de aprovechar el duelo directo entre sus rivales, la Roma afronta un tramo más sencillo del calendario luego de solventar con nota un mes de octubre en el que se midió con el Inter, el Nápoles o el Sassuolo.
Mañana podría ser líder si gana al Empoli y la Juve pierde su partido.
El pequeño equipo toscano (18º) atraviesa una crisis anotadora con sólo dos goles en diez partidos.
Por contra, el delantero bosnio del conjunto giallorosso, Edin Dzeko, ha firmado diez goles en otros tantos partidos y es el máximo realizador de la competición.
La Roma no podrá contar con Alessandro Florenzi, operado esta semana de una rotura de los ligamentos cruzados.
El Milán (4º), por su parte, recibe al recién ascendido Pescara (17º) con la necesidad de desquitarse de la inesperada goleada por 3-0 ante el Génova el miércoles.
En sus vecinos del Inter (10º), el técnico holandés Frank De Boer pudo respirar luego del triunfo ante el Torino. Los mensajes de apoyo se sucedieron, pero la multicefalia del conjunto nerazzurro, con un presidente indonesio, un propietario chino y dirigentes italianos ha provocado imprevisibles acontecimientos. Para ganar más tiempo deberá imponerse en Génova a la Sampdoria (16ª).