Izquierda suscita amores y odios en elecciones de Uruguay | El Nuevo Siglo
Jueves, 27 de Noviembre de 2014

"Voté y voy a votar siempre al Frente Amplio, ellos son los únicos que se acordaron de la gente de abajo", asegura una empleada doméstica uruguaya justificando su apoyo a la izquierda, que está a punto de ganar un tercer período de gobierno en Uruguay.

 

Enfrente, los centroderechistas exigen detener el "azote impositivo" a la clase media o la falta de seguridad y piden un rejuvenecimiento de la clase política.

Estas dos visiones dividen a un electorado que en la primera vuelta electoral, el 26 de octubre, le dio a la izquierda el 47,8% de los votos y la consiguiente mayoría en la Cámara de Diputados, por lo que su candidato, Tabaré Vázquez -que fuera en 2005 el primer presidente de izquierda del país- llega como amplio favorito para ganar el balotaje que el domingo decidirá al sucesor de José Mujica.

El retador de Vázquez es el candidato del centroderechista Partido Nacional Luis Lacalle Pou, hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995), que en la primera vuelta cosechó 30,9% de los votos.

Adriana Domínguez aseguró a la AFP que en los últimos diez años de gobierno del Frente Amplio (FA) su familia "se superó mucho".

 

"Trabajo de doméstica y mi sueldo subió. Aparte mucha gente de mi familia que trabaja en lo mismo consiguió que la pusieran en caja (seguridad social) y eso era casi imposible con los partidos tradicionales", Nacional y Colorado, indicó.

Adriana es una de las miles de empleadas domésticas que se benefició en los últimos ocho años de un aumento salarial mayor al 400%. Además, el 66% de las trabajadoras del sector tienen un empleo formal, con cotización a la seguridad social, en el primer país del mundo en ratificar, en 2012, la Convención Internacional sobre Trabajo Doméstico de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En la zona oeste de Montevideo, la profesora Bernadet Mayo, de 55 años, asegura que el gobierno de Vázquez, que inauguró la era de la izquierda en el país, "puso la casa en orden. El cambio fue notorio desde lo económico y social". Mujica, a su juicio, profundizó la idea de "poner la mirada en el otro".

 

"Soy consciente de lo que voto, de que me descuenten IRPF (impuesto a la renta, instaurado bajo el gobierno de Vázquez) porque eso va a donde se necesita y hoy ya no hay niños golpeando puertas todas las tardecitas pidiendo lo que fuera para comer", como en los gobiernos anteriores, agregó la docente que decoró su casa con banderas del FA.

En el populoso barrio de Piedras Blancas, Juan Lopéz -extransportista ahora jubilado- muestra con orgullo una enorme imagen de Mujica en su vivienda. "El presidente es humilde como nosotros y no ha hecho otra cosa que preocuparse por los pobres", sostiene.

 

- Impuestos altos e inseguridad -

Del otro lado, un sector de la población de este país de 3,3 millones de habitantes se queja del deterioro de la seguridad pública y de los problemas educativos.

"Con el IRPF me sacaron la capacidad de ahorro, y sé que a mucha gente le pasa lo mismo. La educación y la seguridad están en un declive total, me han robado y eso que vivo en un quinto piso", alerta Carina, de 41 años, una secretaria que en la primera vuelta votó por el candidato del Partido Colorado (centroderecha), Pedro Bordaberry, y apoyó un plebiscito que pretendía bajar la edad de imputabilidad penal a los 16 años, propuesta que fracasó en las urnas.

El IRPF implica aportes de entre 10% y 30% a partir de un salario nominal de 840 dólares. La canasta básica de alimentos está estimada por el gobierno en 145 dólares y la familiar -índice elaborado por el semanario Búsqueda- está estimada en 2.327 dólares.

Carina, que no quiso dar su apellido, se reconoce de "tradición colorada" pero está dispuesta a respaldar a Lacalle Pou en el balotaje.

"Me importa que las cabezas que vengan tengan una preparación y además que sean gente joven, con ideas nuevas, que no sean como el inculto de presidente que tenemos, que es impresentable", agregó la secretaria en alusión a Mujica, un exguerrillero que llamó la atención del mundo por su austeridad.

Marcelo, de 43 años y que supo votar al FA en el pasado, se muestra decepcionado: "Los impuestos desangran al laburante" (trabajador). Pero lo peor es la inseguridad", indicó. "Votar a Lacalle es un acto de rebeldía".

Agustín Nieves, estudiante de informática y empleado de una empresa multinacional de software, también cuestiona la reforma tributaria.

 

"Veo que me sacan un gran porcentaje del sueldo y no veo que sea utilizado de la manera correcta", indicó el joven de 24 años, quien cuestionó además los planes sociales aplicados por el gobierno. "No les da (a los beneficiados) las herramientas para generar dinero y a eso se acostumbran y no buscan el crecimiento ni la superación personal", señaló.

Resignada sobre el resultado, Carina señala: cuando el domingo Vázquez logre la presidencia "me va a dar mucho fastidio verlos festejar".