El gobierno interino de Egipto encargó a la policía que ponga fin a las sentadas de los partidarios del derrocado presidente islamista Mohamed Mursi, quienes desestimaron la amenaza y llamaron a seguir manifestándose.
El gobierno interino encargó a la policía que tome las "medidas necesarias" para poner fin a estas manifestaciones, que considera una "amenaza para la seguridad nacional".
"La prosecución de una situación peligrosa en las plazas de Rabaa al Adauiya y Nahda, el consiguiente terrorismo y los bloqueos de calles ya no se pueden aceptar, dada la amenaza para la seguridad nacional" que representan, afirmó.
Miles de partidarios de Mursi ocupan desde hace más de un mes estas dos plazas de El Cairo.
Poco después, una coalición de grupos que exigen la vuelta a la presidencia de Mursi llamó a seguir manifestándose.
"No va a cambiar nada", declaró el portavoz de la coalición, Gehad El Haddad, cuando se le preguntó si se iban a suspender las manifestaciones, calificando a la orden del gobierno interino de "tentativa de aterrorizar a los egipcios".
A primeras horas de la tarde no se percibía tensión ninguna frente a la entrada principal de la plaza de Rabaa al Adauiya, el principal punto de encuentro de los partidarios de Mursi, constató la AFP. No se veía ningún policía ni soldado en las inmediaciones de esta entrada, protegida por barricadas levantadas por los islamistas.