La Procuraduría solicitó a la JEP, a través de un recurso de reposición, llamar al exdirector de inteligencia de la Brigada XVI del ejército en Casanare, coronel Fabián Eduardo Sarmiento Valbuena, para que reconozca su responsabilidad por crímenes de guerra y lesa humanidad como homicidio en persona protegida y desaparición forzada, en calidad de Máximo responsable.
En la solicitud, hecha en el marco del 03, subcaso Casanare, el procurador delegado de intervención ante la JEP, Jairo Acosta Aristizábal, expone que Sarmiento Valbuena instrumentalizó su cargo para impulsar operaciones ilegítimas con información falsa y participó de forma determinante en la comisión de delitos especialmente graves y representativos que definieron el patrón de macrocriminalidad de Asesinatos y desapariciones forzadas presentados como bajas en combate por agentes del Estado.
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Según concluyó la misma Sala de Reconocimiento de Responsabilidad de la JEP, en Estado Mayor de la Brigada XVI utilizó a soldados entrenados en contraguerrilla, conocidas como unidades Delta, para la comisión de ejecuciones extrajudiciales basados en los informes falsos de inteligencia avalados por Sarmiento Valbuena.
La Procuraduría argumenta que los jefes de inteligencia y operaciones de la brigada, y desde luego su comandante, planeaban las operaciones y eran conocedores de sus detalles, y que el jefe de inteligencia u oficial B2, señalaba directamente los objetivos militares para que las unidades Delta adelantaran operaciones de destrucción.
Sobre las afirmaciones hechas por diversos comparecientes en el proceso, entre ellos el entonces director de la Seccional Casanare del antiguo Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, Orlando Rivas Tovar, el Ministerio Público trae a colación que Sarmiento Valbuena desempeñó un rol importante como enlace con esa central de inteligencia en la planeación de operaciones ilegales.
El Delegado explica a continuación que, con los falsos informes de inteligencia se realizaban perfilamientos simulados de cada víctima y se tramitaban con la Fiscalía, órdenes de captura que eran utilizadas para justificar los operativos.
La Procuraduría también señaló en su análisis que el papel de Sarmiento Valbuena no se limitó a la falsas gestión de inteligencia, también intervino en el encubrimiento de los crímenes inventando falsos informantes para los cuales ordenó pagos que nunca llegaron a sus destinatarios, suministró las armas para para ser colocadas en manos de las víctimas en las escenas de los crímenes e influyó en sus subordinados para rendir declaraciones falsas ante las autoridades judiciales.