EL PRESIDENTE estadounidense Donald Trump acusó al FBI de no haber evitado el tiroteo que el miércoles dejó 17 muertos en una escuela secundaria de Florida, advirtiendo que la policía federal dedica "demasiado tiempo" a investigar la injerencia rusa en las elecciones de 2016.
El tiroteo puso al descubierto una grave falla del FBI, que admitió haber recibido en enero una llamada de un allegado al atacante de 19 años, Nikolas Cruz, alertando por su comportamiento agresivo y sus intenciones asesinas, sin haber informado de ello a su oficina de Miami.
"Es una verdadera pena que el FBI haya omitido todas las señales enviadas por el tirador del colegio de Florida. No es aceptable", escribió el mandatario estadounidense en Twitter.
"Pasan demasiado tiempo tratando de probar la colusión rusa con la campaña Trump - No hay colusión. ¡Vuelvan a lo básico y hagan sentirnos orgullos de ustedes!", añadió el presidente, aunque desde mayo ya no es el FBI quien dirige la investigación sobre la injerencia rusa sino el procurador especial Robert Mueller.
Al día siguiente al tiroteo, Trump insistió sobre los problemas mentales del atacante, sin mencionar para nada el derecho a poseer un arma, garantizado por la segunda enmienda de la Constitución, ni sobre las armas semi-automáticas como el fusil AR-15 que utilizó el tirador.
Durante una manifestación realizada la noche del sábado en Fort Lauderdale, en Florida, una sobreviviente de la masacre denunció con firmeza los vínculos del presidente con la NRA.
"A todos los políticos que recibieron donaciones de la NRA, ¡qué vergüenza!", proclamó la joven Emma González tras haber fustigado a Trump por haber recibido el apoyo financiero del poderoso grupo durante la campaña presidencial de 2016.
"¡Qué vergüenza, qué vergüenza!", gritaron a coro los manifestantes.
"Si el presidente me dice en la cara que fue una terrible tragedia (...) y que no podemos hacer nada, yo le preguntaré cuánto le dio la Asociación Nacional del Rifle. Yo lo sé: 30 millones de dólares", dijo con furia esta joven de 18 años con el cabello rapado.
Nikolas Cruz había sido atendido psicológicamente por sus problemas de conducta pero pudo beneficiarse de una legislación muy laxa en Florida para comprar legalmente su arma el año pasado. A su edad, muchos estadounidenses no pueden comprar una cerveza o cigarrillos.
Hubo varias señales de advertencia sobre los riesgos que representaba Nikolas Cruz.
Una investigación social realizada en el marco de una automutilación reveló en septiembre de 2016 que Cruz deseaba comprar un arma de fuego.
"Cruz tiene cortes recientes en sus dos brazos y declaró que prevé comprar un arma de fuego. Ignoramos con qué propósito quiere comprar un arma de fuego", indica un lacónico informe de los servicios de protección a la infancia citado por el diario Sun Sentinel.
Si bien estos hechos demostraban "ciertas implicaciones" para su seguridad, este servicio concluyó en ese momento que el joven fue tratado de manera adecuada por su colegio y por un instituto especializado en salud mental.