El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo que es posible un acuerdo en el Congreso para un nuevo plan de ayuda para aminorar los efectos de la pandemia en Estados Unidos, si los demócratas ceden en algunas de sus demandas.
El jefe de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, replicó que es el gobierno quien no busca un compromiso y descalificó el intento del presidente Donald Trump de impulsar una solución sin pasar por el Congreso como algo "risible".
Con las negociaciones en punto muerto, Trump firmó el fin de semana órdenes ejecutivas para dar asistencia a los trabajadores y a los negocios, en un momento en que la pandemia de Covid-19 sigue avanzando.
La semana pasada, la líder de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, y Schumer, se reunieron en varias ocasiones con Mnuchin y con el jefe de gabinete, Mark Meadows, para intentar lograr un acuerdo que acercara la propuesta demócrata de un plan de tres billones de dólares con la alternativa de los republicanos de un paquete de un billón de dólares.
Mnuchin desestimó la oferta de los demócratas de recortar el plan a dos billones de dólares, incluyendo la ayuda para los estados y gobiernos locales, como una idea "absurda".
El secretario indicó que "se puede llegar a un acuerdo, si los demócratas son razonables y quieren llegar a un arreglo".
Pero matizó que la negociación no consiste en "dividir la diferencia".
Trump ha rechazado reiteradamente el plan que incluye una ayuda para los gobiernos de los estados y las administraciones locales e indicó que Pelosi y Schumer "sólo quieren dinero para rescatar a estados gobernados por los demócratas y para ciudades que están fracasando".
Sin embargo, la ayuda que su gobierno aprobó firmando una orden ejecutiva corre el riesgo de ser paralizada por la justicia, ya que según la Constitución de Estados Unidos es el Congreso el encargado de distribuir los presupuestos.
A menos de tres meses de las elecciones, varios economistas han advertido que la pandemia ha lastrado las cuentas de los gobiernos locales, que podrían verse obligados a despedir a profesores, policías y bomberos. Sin embargo, Mnuchin afirmó que estas administraciones todavía tienen "suficientes" fondos del último paquete de ayuda para cubrir estas partidas.
Trump, que enfrenta una dura campaña para su reelección en las elecciones de noviembre, congeló mediante una orden ejecutiva la recaudación de los impuestos sobre la nómina, que depende de los empleadores y que beneficia a las personas que ganen menos de 100.000 dólares al año.
Además, Trump impuso una moratoria en los desalojos ante de crisis que enfrentan muchos arrendatarios, y entregó una ayuda de 400 dólares semanales para reemplazar el cheque de 600 dólares que recibieron los desempleados gracias al último paquete de ayuda que expiró a finales de julio.
Tras el anuncio, Pelosi acusó a Trump de no entender "la gravedad y la emergencia" que enfrentan las familias trabajadoras, y la Cámara de Comercio recordó que las órdenes ejecutivas "no sustituyen la acción del Congreso".
Schumer agregó que los demócratas van a insistir en que el nuevo paquete incluya un fondo de 10.000 millones de dólares para apuntalar al servicio de correos y acusaron a Trump de intentar "destruirlo".
Trump nombró al empresario republicano Louis DeJoy a la cabeza del organismo a principios de mayo y el nuevo director, que gestionó una firma de transporte de mercancías, ha tomado medidas drásticas contra las horas extras y ha frenado las contrataciones, lo que muchos críticos atribuyen como origen de los retrasos del servicio.
"El presidente quiere destruir el servicio de correos", acusó Schumer en un momento de debate en Estados Unidos sobre el voto por correo debido a la pandemia. "No los dejaremos. Esto es tan vital", agregó.
Para Mnuchin hay un espacio para avanzar en las negociaciones. "Si podemos lograr un acuerdo justo, lo haremos esta semana. Pero el presidente necesita acciones, no se va a quedar sentado esperando", afirmó.