EL HOMBRE fuerte del gobierno italiano y líder de la extrema derecha, Matteo Salvini, lanzó en Milán (norte) su proyecto de alianza soberanista de cara a las elecciones europeas de mayo.
Una iniciativa que por ahora resulta incierta debido a las diferencias profundas entre las distintas agrupaciones de ultraderecha, pero que tiene como primer objetivo constituir un único grupo en el Parlamento Europeo.
"Estamos ampliando la comunidad, la familia, trabajando en un nuevo sueño europeo", clamó Salvini junto con Jörg Meuthen, del partido Alternativa para Alemania (AfD), Olli Kotro, de Verdaderos Finlandeses y Anders Vistisen, Partido Popular Danés.
"Hoy en día la Unión Europea representa una pesadilla para muchos pueblos y ciudadanos", añadió Salvini al ilustrar el proyecto de una "Europa del sentido común, de gente que alza la cabeza".
Il Capitano, como lo llaman sus partidarios, prometió trabajar por una Europa que de prioridad "al trabajo, la familia, la seguridad, la protección del medio ambiente y el futuro de los jóvenes".
Salvini, que aspira ser una referencia en el continente, reconoció sin embargo que los movimientos soberanistas tienen aún "diferencias", pese a que los unen "las mismas tradiciones e identidades", elementos claves para construir la Europa que sueñan, dijo.
La unificación de la extrema derecha debería permitirles acceder al poder en las elecciones europeas del 26 de mayo, de manera de "cambiar Europa", prometió el dirigente italiano.
El líder ultraconservador acusó a la alianza entre demócratas cristianos y socialistas de ser los responsables de "la pobreza, la incertidumbre, los litigios y la inseguridad" que reinan en el continente.
"El sueño europeo ha sido sofocado por los burócratas, los banqueros, los bienpensantes que han gobernado Europa durante mucho tiempo", lamentó ante unos 200 periodistas convocados a un lujoso hotel de Milán.
"Vamos a ser el grupo más importante del Parlamento Europeo", anunció Salvini tras confirmar la celebración el 18 de mayo de una reunión de ultraconservadores de Europa a la que aseguró va a participar la francesa Marine Le Pen.
"Todos los movimientos políticos de su grupo asistirán a la reunión del 18", recalcó.
Los soberanistas están divididos en tres entidades (PPE, ENL y CRE). Mientras la Liga con Le Pen hacen parte del grupo Europa de las Naciones y las Libertades (ENL), sus invitados finlandeses y daneses pertenecen al grupo Conservadores y Reformistas Europeos (CRE).
Fidesz, el partido del primer ministro húngaro Viktor Orban, está con el Partido Popular Europeo (PPE, derecha), aunque fue suspendido hace unas semanas.
La alianza presenta de todos modos muchas dificultades, porque a pesar de las obvias similitudes (euroescepticismo, hostilidad al islam político, rechazo de la izquierda multicultural), los soberanistas europeos son muy diferentes entre ellos.
Entre la AfD alemana, adepta a la economía de mercado y la visión proteccionista de la francesa RN, la brecha es grande.
También la Liga y el partido conservador y euroescéptico en el poder en Polonia Ley y Justicia (PiS), dos defensores de las raíces cristianas de Europa, se enfrentan a los franceses de RN, que consideran el laicismo una prioridad.
La conexión rusa también es un problema. Los nacionalistas polacos o finlandeses poco aprecian los elogios de Le Pen y Salvini al presidente ruso Vladimir Putin.
Salvini además debe tener en cuenta las crecientes dificultades con su aliado de gobierno, la formación antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5E).
El tono ha subido en estos últimos días. Luigi Di Maio, líder del M5E, teme la "deriva" hacia la extrema derecha de Salvini y su alianza con fuerzas políticas que "niegan el Holocausto".
Salvini por su parte negó que en su mesa participen "nostálgicos o extremistas", mientras que Afd reiteró que la barbarie nazi ha sido "el peor capítulo" de la historia de Alemania. /