La victoria de Theresa May en el voto de censura lanzado por su propio partido le permite seguir defendiendo el acuerdo de Brexit que negoció con la UE. Pero ¿qué puede hacer ahora ante el rechazo que este enfrenta en el parlamento británico?
Estos son los escenarios posibles:
Ratificación parlamentaria
La primera ministra termina sus nueva ronda de contactos con los líderes europeos en busca de "garantías" adicionales y somete el acuerdo al parlamento. Tras anular la sesión de ratificación prevista para este martes, May anunció que la nueva votación se celebrará antes del 21 de enero.
Reforzada por su victoria y ante el temor de un Brexit sin acuerdo, tal vez logre el apoyo de una mayoría de diputados, lo que llevaría a Brexit tranquilo, con un periodo de transición inicialmente previsto hasta finales de 2020 pero ampliable hasta 2022.
Sin embargo, si los diputados lo rechazan, el gobierno deberá anunciar qué piensa hacer en un plazo de 21 días.
Elecciones
El rechazo del acuerdo podría marcar el fin definitivo de May, que podría verse obligada a dimitir si pierde por una mayoría aplastante o convocar elecciones generales anticipadas.
La oposición laborista podría asimismo lanzar una moción de censura contra el gobierno. Su líder, Jeremy Corbyn, dijo el martes que solo estaba esperando el momento adecuado, cuando tuviese la garantía de que puede prosperar.
Esto conduciría a la formación de un nuevo ejecutivo o a la organización de elecciones legislativas anticipadas, que es lo que desea el Partido Laborista, con la esperanza de volver al poder tras ocho años de gobiernos conservadores.
Brexit sin acuerdo
Si no se logra un acuerdo, el país puede verse abocado a salir del bloque el próximo 29 de marzo sin un acuerdo.
De la noche a la mañana, las relaciones económicas entre Reino Unido y la UE pasarían a estar regidas por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y se deberían aplicar de forma urgente una multitud de controles aduaneros y reglamentarios.
Es un escenario temido por los medios económicos británicos. Provocaría una caída de la libra y sumiría a las empresas en la incertidumbre.
Este escenario podría causar penuria de medicamentos, provocar atascos monstruosos en los puertos e impedir volar a los aviones de las aerolíneas británicas.
Segundo referéndum
La primera ministra siempre ha rechazado la idea de una segunda consulta popular sobre el Brexit, pero la idea ha ganado terreno en los últimos tiempos dada la fuerte resistencia con la que choca su plan de salida de la UE.
Los laboristas advirtieron de que si no se convocan nuevas elecciones podrían posicionarse a favor de la convocatoria de un nuevo referéndum sobre el Brexit. Sin embargo, aunque la opción contase con el apoyo de la cámara su organización exigiría retrasar la fecha de un eventual Brexit.
Nada garantiza que esta nueva consulta diese un resultado diferente a la de junio de 2016, cuando 52% de los británicos votó a favor de salir de la Unión Europea.
Pero la justicia europea dejó claro el lunes que si Reino Unido decide dar marcha atrás, puede hacerlo de forma unilateral hasta que no se haga efectiva su salida.