AL MENOS 121 personas murieron en 10 días de enfrentamientos al sur de Trípoli y las posiciones de los dos campos rivales libios en el frente parecen no hacer grandes avances.
La feroz lucha entre las fuerzas del mariscal Jalifa Haftar, el hombre fuerte del este de Libia y las del Gobierno de Unidad Nacional (GNA) con sede en Trípoli desde el 4 de abril, también dejó 561 heridos, según un nuevo balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Ejército Nacional Libio (ENL), autoproclamado por el mariscal Haftar lanzó hace 10 días una ofensiva para apoderarse de la capital (noroeste), sede del GNA de Fayez al Sarraj, reconocido por la comunidad internacional.
Mientras sus fuerzas siguen sin entrar en la capital, el mariscal Haftar partió a El Cairo para reunirse con el presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi, uno de sus más fervientes defensores.
Ambos conversaron sobre “la evolución de la situación en Libia”, indicaron medios estatales sin dar más detalles.
Además de Egipto, el ENL ha contado con el apoyo directo o indirecto de otros países.
En el terreno, las fuerzas del GNA y del ENL continúan cada una proclamando “avances”, pero concretamente, ninguna de las dos pareciera haber tomado ventaja. Los combates se reanudaron el domingo, en los mismos frentes, en particular en las localidades de Ain Zara y al Swani.
El domingo el GNA anunció haber abatido un avión del rebelde Ejército Nacional Libio de Jalifa Haftar, al sur de Trípoli.
“Las fuerzas del ejército libio (del GNA) abatieron un avión enemigo que se preparaba para llevar a cabo bombardeos en la región de Wadi al Rabie”, declaró a la AFP su portavoz, el coronel Mohamad Gnounou.
La oficina de la OMS en Libia, que no precisó el número de civiles entre las víctimas, condenó en su cuenta Twitter “los ataques reiterados contra el personal sanitario” y las ambulancias en los alrededores de Trípoli.
El sábado dos ambulancias fueron blanco de los enfrentamientos y elevó a ocho el número de vehículos del personal médico alcanzado desde el inicio de los combates.
En un país sumido en el caos desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011, las organizaciones internacionales temen que una vez más los civiles paguen el precio de la violencia./