Si escala hacia guerra total, Israel puede caer en la trampa de Irán | El Nuevo Siglo
EL rabino principal de París, Michel Gugenheim (Top CL), pronuncia un discurso durante una reunión de solidaridad con Israel después de los recientes ataques de Hamas, en la Gran Sinagoga de París/AFP
Martes, 10 de Octubre de 2023
Pablo Uribe Ruan*

La declaratoria de guerra del estado de Israel contra el grupo terrorista palestino Hamás ha sido una respuesta militar que está amparada en el derecho de la guerra (DIH), luego de que este grupo terrorista hubiese asesinado indiscriminadamente a la población civil israelí en una incursión militar en la frontera el sábado pasado.

Anunciada por el gobierno de Benjamin Netanyahu el domingo, esta contraofensiva exige que Israel pondere adecuadamente el tipo de acciones de guerra que va a ejecutar en Gaza, a fin de que no ponga en peligro la muy costosa estabilidad geopolítica que ha venido logrando en Medio Oriente con acuerdos parciales con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, y que Irán está dispuesto a torpedear desde diferentes frentes.

 

Los caminos de Israel

Israel tiene como objetivo eliminar a Hamás como organización militar y política en Gaza, sea a partir de operaciones especiales que busquen minimizar los daños colaterales contra civiles inocentes que viven en la región o mediante una guerra abierta que incluya todas las fuerzas militares israelíes por tierra, mar y aire, que podría despertar el rechazo de la comunidad internacional, en particular, del mundo árabe.

Si Israel decide usar toda su fuerza militar -una de las más avanzadas del mundo- contra Gaza, estaría, por un lado, cayendo en las provocaciones de Irán, que financia grupos terroristas, como Hezbolá y Hamás, y, por el otro, bloquearía los canales de comunicación con Arabia Saudí y otros países de la península arábiga con los que viene logrando una serie de acuerdos de paz, comercio e inteligencia militar.

Así lo ve William Hague, exministro de Relaciones Exterior de Reino Unido (2010-14), uno de los grandes conocedores del conflicto palestino-israelí, quien escribe en The Times de Londres que Israel debe evitar caer en el juego del régimen de los Ayatolás, que busca frenar cualquier avance o política que le permita al estado israelí avanzar como fuerza regional en Medio Oriente.


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“El espeluznante terror lanzado por Hamás debe verse en este contexto: el de una región que se aleja de ellos y de sus patrocinadores en Teherán. Aunque tendrán muchas motivaciones -odio a Israel, antipatía hacia los palestinos moderados, oportunidad de dar la sorpresa-, su necesidad predominante e inmediata es llevar el caos a una región que progresa sin ellos (sin Irán)”, dice.

Irán es uno de los principales promotores y financiadores de grupos terroristas en Medio Oriente. Los ayatolás apoyan a grupos de origen chií -seguidores de Ali-, tales como Hezbolá en el Líbano y otros en Siria e Iraq, que se adscriben a este corriente. Pero también apoya organizaciones suníes como Hamás, que, aunque no hace parte de la misma corriente, sirven para atacar militar y políticamente al “estado sionista”, como suelen llamar a Israel.

guerra israELI

Aunque no se ha confirmado que Irán estuvo detrás del ataque del sábado pasado, es de común conocimiento que Hamás recibe entrenamiento, financiamiento y armas por parte de los Ayatolás, que, a través de la Guardia Revolucionaria Islámica, según The Wall Street Journale, apoyan a los grupos terroristas aliados para atacar a Israel. Como gran parte del mundo árabe durante las primeras décadas de existencia de Israel, Irán siempre se ha negado la existencia de este estado-nación y ha bloqueado cualquier escenario de diálogo que permita su reconocimiento.

 

Acuerdos de Abraham

Otros países de Medio Oriente, sin embargo, han cambiado su postura. Por eso, “Irán se siente perdedor”, dice el exministro Hague, y ha buscado, directa o indirectamente, paralizar la normalización de las relaciones diplomáticas y comerciales entre Israel y Arabia Saudí que buscan un nuevo orden internacional en el convulso Medio Oriente.

Coincide con esta lectura el exasesor político del gobierno de Israel, Chuck Freilich. En un artículo en la revista Haretz de Tel Aviv, dice que, “hace sólo unos días, estábamos a punto de lograr un espectacular avance estratégico con Arabia Saudí y la posible aparición de una nueva arquitectura de seguridad en Oriente Medio liderada por Estados Unidos. Irán y sus apoderados habrían sido los grandes perdedores”.

“No cabe duda de que Hamás habría lanzado el ataque en cualquier caso, y es evidente que llevaba mucho tiempo planeándolo, pero el probable aplazamiento de un avance con los saudíes, si no su descarrilamiento, es un logro más que pueden apuntarse”, dice Freilich.

Desde hace unos meses, Arabia Saudí y Emiratos Árabes e Israel han decidido normalizar las relaciones diplomáticas con la firma de los Acuerdos de Abraham que buscan sellar pactos en comercio, tecnología y turismo, para superar viejas tensiones acumuladas desde la fundación del estado de Israel en 1948. “Eso significa que quieren la paz a su alrededor, adelantarse a Irán y cooperar con Israel. Gran parte de Oriente Próximo sigue adelante”, dice el exministro de exterior, William Hague.

La posibilidad de que los Acuerdos de Abraham pierdan vigencia por una escalada de violencia indiscriminada por parte de Israel en Gaza, que rompa la confianza entre las partes, está sobre la mesa. En el pasado, Arabia Saudí ha sido uno de los principales países en apoyar la causa palestina llegando a atacar a Israel en varias guerras. Pero su interés en impulsar una nueva realidad geopolítica en Medio Oriente que la tenga como eje central, puede ganar peso en su aproximación, siempre y cuando Israel dé las señales esperadas y no caiga en la trampa de Irán de escalar hacia una guerra prolongada con Hamás que sirva de disculpa a los Ayatolás para llamar a todo el panarabismo a levantarse contra Israel.

Como dice Hague, “es probable que sea cierto que Hamás no haya dado un golpe maestro, sino más bien se trate de un movimiento desesperado (de Irán) para defenderse de un futuro que les está dejando atrás rápidamente”.