EL GOBIERNO saudita declaró que los ataques que dañaron sus instalaciones petroleras provenían del "norte", y que fueron "incuestionablemente" responsabilidad de Irán, aunque siguen las investigaciones para determinar la localización exacta del punto de partida.
"El ataque fue lanzado desde el norte e incuestionablemente fue responsabilidad de Irán", aseguró el portavoz del ministerio de Defensa, Turki Al Maliki, quien mostró restos de drones y misiles que presuntamente fueron recogidos por los servicios de investigación.
"Estamos investigando para conocer la localización exacta de los puntos de despegue", añadió. Según él, 18 drones y siete misiles de crucero golpearon los sitios petroleros procedentes de un lugar que no es Yemen -situado al sur de Arabia Saudita-, cuyos rebeldes hutíes reivindicaron el ataque.
No obstante, el responsable saudita no acusó directamente a Irán de haber lanzado los ataques desde su territorio. Expertos de la ONU viajarán a Arabia Saudita para realizar una investigación internacional, informaron a la AFP fuentes diplomáticas, bajo cobertura del anonimato.
El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, dijo que los bombardeos que sufrieron varias instalaciones petroleras sauditas eran un "ataque iraní", un "acto de guerra" que tiene "las huellas del ayatolá" Alí Jamenei, guía supremo de Irán.
El presidente estadounidense Donald Trump dijo tener "muchas opciones" contra Irán y agregó que dentro de las próximas 48 horas dará detalles sobre las nuevas sanciones anunciadas contra Teherán.
Irán niega haber tenido el más mínimo papel en los ataques contra las infraestructuras petroleras de Arabia Saudita, su rival regional. El jefe de la diplomacia iraní, Mohamad Javad Zarif, acusó a Washington de "atacar deliberadamente" a civiles iraníes al endurecer sus sanciones contra Teherán, decisión adoptada por Estados Unidos tras los recientes ataques contra Arabia Saudita.
Estados Unidos "ataca DELIBERADAMENTE a civiles corrientes", escribió en Twitter Zarif, quien calificó las medidas de "ilegales" e "inhumanas".
Bien sea por sus autores, el lugar desde el que se llevó a cabo o el armamento utilizado, el ataque del sábado pasado suscita hasta ahora muchas más preguntas que respuestas, debido a la multitud de versiones contradictorias.
En una nota transmitida a la embajada de Suiza en Teherán, que representa los intereses estadounidenses en Irán, la República Islámica "insiste en que no desempeñó ningún papel en el ataque", publicó la agencia de prensa oficial iraní IRNA.
Según este medio, el texto "desmiente y condena las acusaciones de Trump y de Pompeo" contra la República Islámica.
El mensaje "advierte a los funcionarios estadounidenses de que si se adopta alguna medida contra Irán, se dará una respuesta inmediata de un alcance mucho mayor que una simple amenaza".
El presidente Hasan Rohani había afirmado anteriormente que los ataques del sábado eran una "advertencia" lanzada por los rebeldes yemenitas a Riad, que debería "aprender la lección" (...).
"Los yemenitas no atacaron un hospital, ni una escuela, atacaron un centro industrial como advertencia", dijo Rohani en el consejo de ministros, según un video de su discurso emitido por la televisión estatal.
"Aprendan de esta advertencia y consideren que podría haber una guerra en toda la región", añadió Rohani, dirigiéndose sin nombrarlos a los dirigentes sauditas.
Riad asiste militarmente al gobierno de Yemen desde 2015 en el combate contra los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, que se han apoderado de vastos sectores del territorio, entre ellos la capital Saná.