Miles de personas han salido este sábado de nuevo a las calle de 90 ciudades de Francia para protestar contra la Ley de Seguridad Global y la violencia policial, una convocatoria que se ha sumado a las movilizaciones obreras convocadas contra la precariedad.
La manifestación de París, iniciada en la Puerta de Lilas bajo el lema "Por los derechos sociales y la libertad" y ha contado con una nutrida participación, incluidos numerosos activistas del movimiento de los 'chalecos amarillos'.
En el acto de Marsella ha participado el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon. El dirigente de izquierda ha emplazado a "tirar a la basura" la ley de seguridad. "No hay vergüenza en dar marcha atrás", ha argumentado desde un antiguo local de hamburguesas estadounidense convertido ahora en comedor social.
"En Marsella, este evento adquiere un significado particular ya que, lamentablemente, no tenemos ninguna grabación de video que nos permita comprender mejor" cómo murió Zineb Redouane, una octogenaria fallecida el 2 de diciembre de 2018 en un hospital, 24 horas después de ser golpeada por una lata de gas lacrimógeno disparada por la policía cuando se encontraba en su casa.
Según el proyecto de ley, la publicación de imágenes de fuerzas de seguridad "con el objetivo de dañar el bienestar físico o mental de los agentes" podría ser multada con hasta 45.000 euros y un año de cárcel. El partido del Gobierno, La República En Marcha, se ha comprometido ya a reformular los puntos más polémicos del texto.
Violencia
En la marcha del sábado en París, se incendiaron varios coches y se rompieron escaparates. Asimismo, se lanzaron proyectiles contra las fuerzas de seguridad, que respondieron disparando gases lacrimógenos, constataron periodistas de la AFP.
Según el ministerio del Interior, 22 personas fueron detenidas.
"Todo el mundo odia a la policía", "anti, anti, anticapitalistas", corearon algunos participantes. También se incendiaron barricadas.