Estados Unidos ha sancionado este jueves a cuatro dirigentes chinos, entre ellos Chen Quanguo, miembro del Politburó del Partido Comunista de China (PCCh), por las presuntas violaciones de los Derechos Humanos en Xinjiang contra uigures, una minoría étnica que habita mayoritariamente en esa región autónoma.
Entre los sancionados destacan Chen, ahora secretario general del PCCh en Xinjiang, y Zhu Hailun, su antiguo 'número dos'. El Departamento del Tesoro ha indicado que Chen "ya era conocida por su capacidad para mantener bajo control los 'altercados étnicos'" tras su paso por el Tíbet, Zhu despuntó en este sentido al llegar a Xinjiang.
A la llegada de Zhu a Xinjiang, en 2016, "Chen comenzó a implementar una vigilancia exhaustiva, programas de adoctrinamiento y detenciones en Xinjinag contra uigures y otras minorías étnicas", ha acusado.
Como parte de esa 'hoja de ruta', Chen ordenó la construcción de "campos de detención masivos denominados 'centros de entrenamiento'", cuya gestión cotidiana quedó en manos de Zhu, de acuerdo con el Departamento del Tesoro.
"Antiguos detenidos en estos campos denunciaron que se habían producido muertes entre los detenidos después de torturas y abusos a manos de las fuerzas de seguridad", ha recordado la Administración norteamericana.
Estados Unidos también ha sancionado al Buró de Seguridad Pública de Xinjiang (XPSB), as su actual director, Wang Mingshan y a su antecesor Huo Liujun por las "tácticas represivas usadas al menos desde finales de 2016 por el XPSB contra uigures y miembros de otras minorías étnicas en la región, incluyendo detenciones y vigilancia masivas".
"La entidad y los oficiales han sido sancionadas por su conexión con graves abusos de los Derechos Humanos contra las minorías étnicas de Xinjiang, que incluirían detenciones arbitrarias y graves castigos físicos, contra los uigures y la población nativa turcomana", ha recalcado el Tesoro.
El secretario del Departamento, Steven T. Mnuchin, ha aprovechado para ratificar la determinación de Estados Unidos "para usar toda la extensión de su poder financiera para hacer que los violadores de los Derechos Humanos en Xinjiang y en todo el mundo rindan cuentas".
Estas sanciones, por las cuales todos sus activos en Estados Unidos quedan bloqueados y no pueden hacer negocios con empresas e individuos estadounidenses, se enmarcan en la escalada de tensión entre Pekín y Washington por su guerra comercial y la pandemia de coronavirus, que ha afectado también a medios y periodistas de ambos países.