Economía, fuerte "muro" del presidente Trump | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Martes, 19 de Marzo de 2019
Redacción internacional
En una encuesta de CNN, 71% de los norteamericanos aprueban su gestión en esta área. Su índice de favorabilidad también subió, ¿qué pasa?

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LA ÚLTIMA encuesta publicada por CNN, el pasado lunes, revela que el 71% de los norteamericanos aprueba la gestión económica del presidente Donald Trump, su mejor indicador desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017.

Esto se traduce en que siete de cada 10 estadounidenses encuestados afirman tener confianza en el mercado, explica la cadena de televisión. “Esa tendencia es válida para todos, excepto para los Republicanos: el 77% de los cuales actualmente tiene más fe en el mercado libre que en el gobierno, en comparación con el 81% que lo dijo en 2011”.

El sondeo, publicado por un medio que se ha opuesto abiertamente al gobierno de turno, resulta interesante no solo por el porcentaje a favor del Presidente, sino porque, además, reafirma algo que el Mandatario ha venido diciendo: la economía marcha bien, sin duda; no es un invento Republicano.

Es así porque, como muestran los números, el rendimiento económico de Estados Unidos registra números que no se veían desde 2001, en los meses antes del ataque a las Torres Gemelas, en Nueva York, perpetrado por Al Qaida.

Logrando esos números favorables, Trump ha alcanzado el 42% de favorabilidad, uno de los mejores niveles de aprobación desde que llegó a la Casa Blanca, donde experimentó casi 70% de impopularidad.

Hoy, con la ‘cabeza metida’ en las elecciones presidenciales de 2020 y en las seis investigaciones que los Demócratas han impulsado en su contra, el Presidente está a solo dos puntos del porcentaje que para ese entonces tuvieron mandatarios como Ronald Reagan o Bill Clinton (44%), quienes finalmente se reeligieron en 1984 y 1995, respectivamente.

En comparación a Obama

En 2008, año en el que Barack Obama llegó a la Casa Blanca, la economía vivía una recesión nunca antes vista desde 1929, en la “Gran Depresión”. La crisis inmobiliaria e hipotecaria llevó a que muchos norteamericanos perdieran sus bienes inmuebles y no tuvieran capacidad para pagar los créditos mediantes los cuales los habían adquirido.

Tras una intervención del Estado para recuperar a los bancos, en una receta típicamente keynesiana, Obama logró equilibrar las finanzas, convirtiéndose en uno de los responsables para superar la crisis económica. Al final de su gobierno, sin embargo, los números no le favorecieron.

En, para algunos, una recesión “silenciosa”, Obama dejó el poder, acompañado de un crecimiento salarial anémico, renta familiar plana, tasa de desempleo alta, plan y desaceleración del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo al ranking de Competitividad Global.

“Hubo una fuerte desaceleración en la inversión empresarial, causada por un debilitamiento interrelacionado en los mercados emergentes, una caída en el precio del petróleo y otros productos básicos, y una aceleración en el valor del dólar”, decía un informe de dicho índice al final del gobierno de Obama.

Trump, ¿el recuperador?

El enfoque económico de Trump, proyectado en el libre mercado y la menor intervención del Estado en la economía, ha hecho que la confianza se recupere, logrando un crecimiento sostenible del PIB del 3%.

A través de las mayorías en el Congreso, que perdió, al menos en la Cámara, el Presidente aprovechó su primer año y medio para legislar en contra de las políticas económicas tomadas por Obama, muchas de ellas adoptadas por Órdenes Ejecutivas.

Esta serie de medidas han hecho que el optimismo económico y la confianza del consumidor estén en los niveles más altos de los últimos 20 años, en parte por la contracción durante la administración Obama.

En el gobierno del Demócrata, la economía, salvo en dos años, de ocho, no superó el 2% de crecimiento anual. Es cierto, como se ha dicho, que este fenómeno se debió a la crisis económica que heredó Obama del gobierno de George W. Bush, pero la explicación no solo queda allí. El manejo macroeconómico, para algunos, no fue óptimo.

A tal punto que, en 2016, The New York Times alcanzó a denominar una “recesión invisible” al complejo momento que enfrentaba la economía norteamericana, rivalizada por el crecimiento de China, que paulatinamente fue bajando.

Optimismo personal

Los números no son solo favorables a nivel macroeconómico en Estados Unidos. La mayoría de ciudadanos encuestados por CNN dicen que, además de creer que la economía ha mejorado, su situación financiera también lo ha hecho ostensiblemente, convirtiéndose en potenciales electores de Trump, quien muy probablemente buscará su reelección en 2020.

La encuesta publica que el 42% de los entrevistados aseguran que están mejor ahora que hace tres años. Casi en la misma medida afirman estar igual (41%) y peor solo un 15%.

No cabe duda que estos porcentajes tienen una directa correlación con la filiación partidista de los encuestados. Los Republicanos, en un porcentaje mucho más alto (65%), comentan que están mejor financieramente, mientras que los Demócratas –los encuestados-  solo dicen eso en un porcentaje de 19%.

A poco más de 16 meses de las elecciones presidenciales, estos números juegan a favor de Donald Trump, tanto porque le han ayudado a subir su nivel de favorabilidad (42%), como porque, teniendo en cuenta los antecedentes históricos, resultan un indicativo importante de cara a su reelección presidencial.

Lo cierto, además de ello, es que Trump, a su manera, con su política, para algunos incendiaria, ha ido logrando recuperar la economía norteamericana, con un enfoque proteccionista que le da fuerza al lema de su primera campaña: Make America Great Again.