LOS republicanos del Senado de Estados Unidos ofrecieron a los demócratas una propuesta para salir de un atolladero en el Congreso por la extensión del límite de deuda de Estados Unidos y evitar así un default, mientras Wall Street y el presidente Joe Biden advierten de las consecuencias potencialmente catastróficas de una moratoria.
El líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell, propuso la aprobación de una extensión de emergencia del techo de la deuda lo antes posible para despejar el problema hasta diciembre, dando tiempo al gobierno demócrata para preparar una solución a más largo plazo.
"Para proteger al pueblo estadounidense de una crisis a corto plazo creada por los demócratas, permitiremos que los demócratas utilicen los procedimientos normales para aprobar una extensión del límite de deuda de emergencia a un monto fijo en dólares para cubrir los niveles de gasto actuales hasta diciembre", dijo McConnell.
Ello dará tiempo suficiente al partido del presidente Joe Biden para aprobar una solución a más largo plazo con los votos demócratas, a través de una complicada maniobra parlamentaria.
Los demócratas rechazan ahora seguir este procedimiento conocido como "reconciliación" para aprobar un aumento o la suspensión del tope de endeudamiento solo con sus votos, por lo que el oficialismo podría rechazar la oferta republicana luego de discusiones que se desarrollan este mismo miércoles.
Ante el bloqueo parlamentario, Biden entró en escena esta semana: se reunió con los principales líderes bancarios y empresariales para discutir "la urgente necesidad de que el Congreso actúe inmediatamente con apoyo bipartidista" para evitar "la catástrofe económica que resultaría" de un default de la primera potencia mundial, según la Casa Blanca.
Entre los invitados a ese encuentro figuraron los directores generales de los bancos JPMorgan Chase, Citi y Bank of America, así como los responsables del Nasdaq y las grandes empresas Intel y Raytheon.
"Jugamos con fuego", se alarmó la presidenta de Citi, Jane Fraser.
Jamie Dimon, de JP Morgan y uno de los banqueros más influyentes de Estados Unidos, advirtió por su parte de los efectos "en cascada" que podría tener un default "sin precedentes" de Estados Unidos.
"El mundo nos mira", sostuvo, recordando el papel clave de la divisa estadounidense y de los bonos del Tesoro de Estados Unidos para la economía y las finanzas mundiales.
La presidenta del Nasdaq, Adena Friedman, consideró que los mercados reaccionarían "de forma muy negativa" a una moratoria, que pondría en peligro los ahorros y planes de retiro de millones de estadounidenses.
Biden en tanto volvió a atacar a los republicanos, y les pidió que "dejen de jugar a la ruleta rusa" con la economía y la reputación financiera de Estados Unidos.
El límite de endeudamiento de Estados Unidos asciende a unos 28.000 millones de dólares, y subirlo o quitarlo es resorte exclusivo del Congreso.
Esa cota será alcanzada el 18 de octubre, según la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Sin embargo, el Bipartisan Policy Center, un centro de estudios independiente, estimó este miércoles que el país tendrá problemas de liquidez entre el 19 de octubre y el 2 de noviembre.
"El Congreso debe actuar antes", dijo Shai Akabas, director de Política Económica de la entidad.
"Incluso antes del 19 de octubre, el Tesoro tendrá niveles de liquidez peligrosamente bajos. Un evento inesperado podría degenerar en una crisis financiera", remarcó.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, también alzó la voz este miércoles, al alertar que un default afectaría "la seguridad" del país y "golpearía gravemente" a los militares y sus familias pues no podrían recibir sus haberes a tiempo, o en su totalidad.
Como todas las grandes economías, Estados Unidos vive a crédito desde hace décadas en materia de gasto público, y ha aumentado su capacidad de endeudarse, o incluso ha suspendido el "techo" de la deuda en múltiples ocasiones