¿TERQUEDAD O real compromiso político? Puede ser cualquiera e inclusive las dos las razones por las cuales el primer ministro británico, Boris Johnson se la ha jugado toda por el Brexit y que tiene un veredicto, tal vez el último, este jueves en las urnas.
El premier conservador, ante el persistente bloqueo político para que se aprobara el último acuerdo que negoció con la Unión Europea, se quemó la última carta: anticipar elecciones. Y, para esta nueva cita electoral tiene varios factores a su favor, entre ellos que varios partidos pro-Brexit decidieron no presentar candidatos, así como que su evidente compromiso con dicho proyecto, cuatro años después de ser aprobado, se cumpla y se pase la página para centrarse en los múltiples y crecientes problemas domésticos tales como el desempleo, la pobreza y los servicios de salud.
Johnson quién incumplió el último plazo para el anunciado y postergado divorcio con la UE ha prometido a los votantes que la próxima será la vencida. Obligado a abandonar su promesa de "hazlo o muere" para sacar al Reino Unido de la mencionada unión el 31 de octubre, después de que el Parlamento se negó a aceptar los términos del acuerdo, enfiló todas sus baterías para lograr una nueva prórroga que vence el último día de enero del 2020.
Si el Partido Conservador Johnson consigue mayoría absoluta en la jornada electoral de este jueves, Johnson insiste en que puede someter el acuerdo al Parlamento antes de Navidad.
"Podemos concluir todo el proceso en cuestión de días o semanas y estaremos fuera (de la UE) para el 31 de enero", dijo en días pasados cuando lanzó el programa electoral de los tories.
Johnson sostiene que logrará un nuevo acuerdo comercial con la Unión Europea para el final del periodo de transición previsto, que concluye en diciembre de 2020, y no pedirá a Bruselas más prórrogas.
Y aunque varios expertos advierten que es demasiado ambicioso, dado que las negociaciones y la implementación de la mayoría de los acuerdos comerciales llevan años, también los hay que desestiman dicho escenario, como el exviceprimer ministro conservador Michael Heseltine, quien aseguró que es mejor definir ya a "otro año de incertidumbre y de la posibilidad de que no haya acuerdo de salida al final".
Las condiciones del Brexit de Johnson prevén un periodo de transición desde la salida real de Gran Bretaña hasta el 31 de diciembre de 2020, durante el que nada cambiaría mientras las dos partes ultiman nuevos acuerdos comerciales.
Inicialmente se preveía que la transición duraría dos años, pero las tres prórrogas del Brexit han acortado el periodo a 11 meses, poco tiempo para negociar el acuerdo comercial que quiere Johnson.
Sam Lowe, investigador del Centre for European Reform, dice que el acuerdo es posible mientras Gran Bretaña tenga claro qué está pidiendo y entienda que habrá compromisos.
En las elecciones de este jueves también se debe contemplar el otro escenario, diametralmente opuesto: que los conservadores no logren la mayoría requerida y se vuelva a conformar un parlamento tan variopinto como indeciso.
Es por ello que la forma en que los partidos configuraron sus campañas en torno al brexit, donde los tories evidenciaron un compromiso real para sacarlo avante mientras los laboristas liderados por Jeremy Corbyn se limitaron a señalar que acatarían la voluntad del pueblo y podrían realizar un nuevo referendo en torno al crucial tema, es decisivo para los votantes.
En la jornada electoral del jueves puede registrarse un cambio tanto en las tendencias de votación como en la demografía ya que hasta 2 millones de sufragantes de la tercera edad, de los cuales se cree que la mayoría eran pro-brexit, han fallecido desde el referéndum de 2016 y hasta 2.5 millones de jóvenes, principalmente pro-europeos, estarán habilitados para emitir sus votos por primera vez en las elecciones de diciembre.
También tienen peso otros factores a la hora de elegir, como las medidas de austeridad, la solución aplazada a urgentes problemas como el aumento de la pobreza y el desempleo como consecuencia de una legislación concentrada, desde el 2016, en lograr el divorcio con la Unión Europea.
Algunas investigaciones señalan que el brexit ha desgastado y enviado la sensibilidad de los votantes a otros problemas, situación que puede causar un cambio en las bases tradicionales de los partidos. Además, la división en los votantes después de la victoria del brexit 52% - 48% en el referéndum todavía existe. Pero todo ello solo se podrá verificar con los resultados del jueves.
En la campaña que termina esta semana, el partido conservador ha reiterado que los legisladores fueron los responsables de sabotear el mandato del referendo del 2016 sobre la salida del Reino Unido en la Unión Europea y por ello el empeño de Johnson, de cumplir con lo prometido.
El partido perdió su mayoría parlamentaria en las elecciones anticipadas de 2017 después de ver reducidos 13 escaños y formar un gobierno minoritario con el apoyo del Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte.
Sin embargo, a hoy, todas las encuestas coinciden en señalar que recibirá el 37%, de respaldo en las urnas, mientras que el Partido Laborista tendría el 22%, los demócratas liberales se ubicarían en tercer lugar con 19%.
Entre tanto, el líder laborista y euroescéptico Jeremy Corbyn ha cedido terreno porque desde que asumió las riendas de su colectividad no ha sido claro y contundente frente al Brexit, además de que muchas de sus propuestas económicas han sido descritas como de "extrema izquierda".
Su política de Brexit se convirtió en su dilema, ya que la mayoría de los votantes laboristas en las ciudades industriales son pro-brexit y los votantes jóvenes respaldan la membresía en la UE.
Otras formaciones políticas como el Partido Nacional Escocés, los demócratas liberales y el Partido Brexit tienen claramente definidas sus posiciones frente al coyuntural tema que ha copado la escena política y la agenda parlamentaria en los últimos meses, por lo que confían en que esta vez, en las urnas, haya un contundente mandato ciudadano.
Boris Johnson, quien es calificado por unos como polémico y carismático por otros ha puesto, como se dice popularmente “toda su carne en el asador” en pro de cumplir el Brexit. Este jueves los británicos definirán si quieren pasar muy pronto la página de este espinoso y prolongado tema. Pero más allá de eso lo que se evidencia es que éste es un “tory que juega duro”.