Treinta y seis horas después de que remanentes del huracán Ida sembraran el caos en la principal ciudad del país y sus alrededores, el presidente Joe Biden visitará el sureño estado de Luisiana, el primero azotado por esa tormenta el pasado fin de semana.
Biden probablemente aproveche el viaje para insistir en la necesidad de que Estados Unidos se prepare mejor para los fenómenos meteorológicos extremos, que el cambio climático está volviendo más frecuentes.
En un discurso el jueves, el mandatario afirmó que el huracán Ida y los incontrolables incendios forestales en el oeste del país son "otro recordatorio" del calentamiento global.
"Es una cuestión de vida o muerte y tenemos que enfrentarlo juntos", dijo en la Casa Blanca.
Ida provocó grandes inundaciones y daños en el sur, al golpear uno de los epicentros de la industria petrolera estadounidense además de azotar la histórica Nueva Orleans.
Los estados de Luisiana, Alabama y Misisipi fueron impactados antes de que la tormenta llegara al norte, afectando Nueva York, Nueva Jersey, Pensilvania en incluso Massachussetts.
"Un nuevo desafío"
Los huracanes y los tornados son un fenómeno recurrente en Estados Unidos. Pero el calentamiento de la superficie del océano está contribuyendo a que las tormentas sean más poderosas, especialmente en ciudades costeras como Nueva York, advierten los científicos.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, también alertó el viernes sobre el cambio climático.
"Esta tormenta debe despertarnos. Este un nuevo desafío (...) en comparación con la época en que se asociaba las inundaciones con áreas costeras", dijo a la televisión MSNBC el viernes.
El caos reavivó el recuerdo del huracán Sandy, que en octubre de 2012 dejó sin electricidad a gran parte de Manhattan e inundó totalmente el metro.
Las lluvias récord de la noche del miércoles al jueves convirtieron las calles de la ciudad de Nueva York en ríos y provocaron la muerte a casi una docena de personas que vivían en apartamentos subterráneos. El sistema de metro se vio completamente paralizado y todavía estaba interrumpido este viernes.
"¡No debería sorprendernos!", señaló Jonathan Bowles, director del grupo de expertos Center for an Urban Future. "La ciudad parece colapsar con cada gran tormenta. La mayor parte de la infraestructura data del siglo XX", explicó a la AFP.
Nueva York "no se construyó para siete pulgadas (unos 18 centímetros) de lluvia en unas pocas horas", señaló Nicole Gelinas, especialista en economía urbana del Manhattan Institute.
Los desagües del sistema de alcantarillado de la ciudad se obstruyen, explicó y "no hay suficiente espacio verde para recoger parte del agua", así que "algunas avenidas se convierten en canales cuando hay una gran tormenta".
"Aterrorizada"
Entre los muertos reportados en Nueva York, la mayoría se ahogaron en sus sótanos, viviendas rudimentarias al pie de edificios en Manhattan, Queens o Brooklyn.
En plena ciudad, "el agua se acumuló tan rápidamente que la gente quedó atrapada en sus propios sótanos", dijo De Blasio.
En total, según un número de víctimas en constante cambio, al menos 47 personas han muerto en la ciudad de Nueva York y sus alrededores, la mitad de ellas en el vecino estado de Nueva Jersey. Casi todos perecieron en sus hogares, o dentro o cerca de sus automóviles.
"Mi esposo se despertó sobre las cuatro de la mañana, solo para ver el nivel del agua y dónde estaba. Yo estaba aterrorizaba por eso", sostuvo Jeannsie Silva Barrios a la AFP frente a su sótano totalmente inundado, en Mamaroneck, un suburbio al norte de Manahattan y el Bronx.
La Casa Blanca declaró el estado de emergencia en los Estados de Nueva York y Nueva Jersey, ordenando a los agentes federales que "identifiquen, movilicen y proporcionen a voluntad los equipos y recursos necesarios"
Degradada a ciclón postropical, después de su devastador pasaje por Nueva York y su región, Ida oscureció el cielo el jueves al pasar sobre Nueva Inglaterra. Un tornado azotó la muy turística península de Cape Cod en Massachusetts.