Gente. Pintar con la boca, el arte genuino de Luis Jiménez | El Nuevo Siglo
Cuando tenía siete años de edad, una bala perdida dejó cuadripléjico a Luis Jiménez. Hoy en día es un destacado pintor reconocido en el Cauca y en Europa. / Fotos: Cortesía Luis Jiménez
Lunes, 29 de Enero de 2024
Redacción Cultura

Luis Jiménez tenía siete años cuando una bala le cambió el rumbo a su destino. A sus 38 años el artista ha logrado cambiar vidas gracias a sus pinturas, pero no solo porque sus obras transmiten un mensaje de superación, sino porque hace sus cuadros con la boca.

Cuadripléjico pero talentoso. Nació en el municipio de El Tambo (Cauca), una zona marcada por la violencia y el conflicto armado. Viene de una familia humilde, en el campo, donde “toca estar armado para defenderse. Generalmente la gente de las fincas tiene escopetas 'hechizas'. Un día, yo estaba con un familiar y esa persona tomó una escopeta de estas hechizas y se le disparó involuntariamente. Yo estaba al frente, de espaldas a él.  Lastimosamente recibí el impacto a la altura de los hombros, afectando mi médula y perdiendo el movimiento de mi cuerpo para siempre. Solo tenía siete años”, relata el artista a EL NUEVO SIGLO.

Postrado en una silla, sin poder mover su cuerpo, sin recursos económicos y con la sensación frustrada, Luis encontró en su “eterno” tiempo la habilidad para crear.

Solo podía mover su cuello. Se las ingenió para conseguir lápiz y papel y trazar líneas con ayuda de la lengua y los dientes. Así, poco a poco, año tras año de lucha, aprendió a escribir, luego a dibujar y, después de innumerables obstáculos sociales y económicos, aprendió a pintar y a forjar un nuevo destino prometedor.

Pulso a pulso

Desde muy niño le ha tocado forjar pulso a pulso su éxito. Sus cuadros se venden muy bien en Europa, en Italia para ser más precisos. Sus obras reflejan el amor por la naturaleza, la vida misma y la pasión por el arte.

Ahora, la sala de exposiciones del Teatro Cafam La Floresta le abre sus puertas para mostrar sus obras. Luis tendrá su primera exhibición en Bogotá el próximo 14 de marzo.

“Es una recopilación de todos mis cuadros, son 48 al óleo con siete estilos diferentes, como el paisajismo, la naturaleza viva, silueta humana, abstractos y todo lo que he hecho a lo largo de mi carrera”, destaca el pintor, quien además de hacer arte con la boca, es psicólogo clínico, docente en artes plásticas y presidente de la Fundación Arte para Vivir, instrumento que utiliza para modelar conductas y comportamientos en las personas, en especial en niños y jóvenes con discapacidad.

Es el comienzo de una gira en Colombia. “Gracias a muchas personas, como María Fernanda Varona, médica del Hospital de San José, y Germán Rodríguez, docente de la Universidad Javeriana, a quienes tuve la oportunidad de conocer el año pasado y me ayudaron a llegar a Bogotá, donde tengo muchas expectativas. Luego, tenemos pensado ir a Medellín, Armenia y Bucaramanga", señala.

“Recuerdo que mi familia era muy humilde, muy pobre. Cuando pasó el accidente, no teníamos dinero ni para comprar la silla de ruedas, entonces me la mantenía sentado. Mirando para todos lados, aburrido, ansioso, deprimido, sin poder hacer nada. Mi talento nació del tiempo libre que tuve, de mi intuición, de mi necesidad de comunicarme. Así fue que logré desarrollar la habilidad para escribir con la boca. Todas las personas que llegaban a mi casa se sorprendían: ‘mira, un chico que escribe, dibuja y pinta con la boca’, decían con asombro”, relata.

“Empecé a vender cuadros en el pueblo. Me pagaban cualquier moneda, pero para mí era una fortuna, porque éramos muy pobres. Hasta que me tracé una meta a nivel personal: quise estudiar. Mi familia intentó matricularme en varias instituciones educativas de la región, pero cuando los docentes se daban cuenta de mis condiciones decían que no, porque antes tenían ese paradigma, de que yo era un problema, que ellos no tenían la experiencia o la metodología para recibirme, por mi discapacidad. Eso fue un impedimento muy fuerte, digamos que a nivel social al principio fue difícil”.

La oportunidad

Una docente, al ver las ganas de estudiar de aquel niño en una silla de ruedas, le dio la oportunidad. “Fue una profesora que, al verme solo y sin amigos me dio un espacio social con los niños de la escuela. No en la parte académica, pero sí para hacer amigos, y cuando ellos vieron mis habilidades académicas, porque no solo sabía escribir, sino que sabía de todo, porque me había leído muchos libros, revistas y demás en la finca durante mi tiempo libre, estaba muy bien preparado y eso me dio la oportunidad y la aceptación social. Ahí empezó mi proceso académico y artístico”.

Así fue como Luis encontró su paso al éxito como artista. Tiene un contrato internacional desde hace 14 años con una organización en Suiza, con sede en Bogotá: la Asociación de Pintores con la Boca y con los Pies, que le da la oportunidad a artistas a nivel mundial con la habilidad de pintar con la boca o con los pies.

“Con ayuda de un amigo del campo, a través de internet, logramos contactarlos. En aquel entonces la organización me pidió unas muestras de mis obras y la oportunidad de llevarlas a Europa, donde se venden bastante. Cada año llevan entre siete y doce muestras. Ellos las exponen y las venden; también las replican en almanaques. Y no solamente eso: pude viajar hasta el Viejo Continente y conocer. Las últimas piezas que llevé, que fueron 32, las vendí todas en pocos días”.

Escritor

Además de artista, Luis también es escritor. Para finales de este año publicará su primer libro.

“Pienso publicar dos libros. Uno de ellos sale este 2024 y es sobre mi historia de vida, un relato sobre mi superación personal. Y el segundo libro es una novela de amor, que habla de los apegos emocionales dentro de una relación, porque soy psicólogo. Entonces la idea es transmitir ese mensaje de superación, que a pesar de tener un entorno difícil, no me detuve para cumplir mi proyecto de vida”.

Creer en uno mismo y no en lo que la sociedad diga, es el mensaje que comparte Luis. Un ejemplo de vida que también ha sido reconocido en la Gobernación del Cauca, donde ha recibido varios reconocimientos.

En Popayán, Luis creó una academia para los niños bajo condición de discapacidad, donde a través de la pintura viven su proceso de rehabilitación. “Ellos al ver mi caso pueden lograr superar sus miedos, darles esperanza y una oportunidad de llegar lejos, como lo pude lograr yo”.