Las fuerzas kurdas atacaron este jueves varias zonas controladas por el grupo EI en los alrededores de Mosul, en el cuarto día de la ofensiva del ejército iraquí y la comunidad internacional para retomar esta ciudad, segunda del país y último bastión iraquí de los yihadistas.
Durante un encuentro internacional en París sobre el futuro de Mosul, el primer ministro Haider al Abadi dijo que la ofensiva "estaba avanzando más rápido de lo previsto".
El objetivo principal de la última avanzada kurda es la ciudad de Bashiqa, al noreste de Mosul. Las fuerzas iraquíes también están atacando la ciudad desde el este y el sur.
Las fuerzas kurdas, apoyadas por los bombardeos aéreos de la coalición internacional dirigida por Washington, avanzaron en autos blindados y destruyeron dos drones utilizados por el Estado Islámico para misiones de reconocimiento.
A través de un comunicado, el mando peshmerga afirmó que "una operación a gran escala" había sido lanzada cerca de Bashiqa a las 06H00 (03H00 GMT). "Los objetivos son limpiar ciudades de los alrededores y asegurar el control de zonas estratégicas para restringir los movimientos de EI", explicó el comunicado.
Un periodista pudo ver uno de los drones neutralizados por los pershmergas. Es un Raven RQ-11B, un aparato similar al que mató a dos combatientes kurdos e hirió a dos soldados franceses hace una semana.
"Estos drones pertenecen al EI (...) Así que los destruimos", declaró el general Aziz Weysi, al mando de una fuerza de élite de los peshmergas. "Estos drones pueden asegurar misiones de observación y estallar", afirmó a la AFP.
Los rebeldes kurdos iraníes del Partido de la Libertad Kurda (PAK) también están implicados juntos con los peshmergas en combates en la ciudad de Nawaran.
Al este de Mosul, las unidades de élite del contraterrorismo (CTS) tomaron el control de la ciudad de Bartalla.
"Comenzamos el ataque sobre Bartalla hoy temprano. Sólo hay 750 metros para llegar hasta el centro. Encontramos resistencia, hoy ya hicimos estallar tres coches bombas", confirmó por teléfono a la AFP el teniente general Abdelwahab al-Saadi, que dirige las operaciones en la región. La resistencia yihadista fue tenaz esta semana en Bartalla, una ciudad mayoritariamente cristiana situada a menos de 15 kilómetros al este de Mosul.
Hacia el sur, las fuerzas iraquíes avanzaron por el valle del Tigris y se encontraron con civiles que huían. Decenas de hombres, mujeres y niños que escaparon de la ciudad de Mdaraj, al sur de Mosul, a pie o en auto, y que esperaban que la policía revisara sus objetos personales.
"Nos escapamos", contó uno de ellos, Abú Husein, mientras explicó que las enormes columnas de humo negro, provocadas por el EI para protegerse de los bombardeos aéreos y que oscurecían el cielo por varios kilómetros, los ayudaron a pasar desapercibidos.
"Levantamos banderas blancas y nos dirigimos hacia ellos (las fuerzas de seguridad iraquíes)", declaró Abú Husein.
Según la ONU, hasta un millón de personas están aún atrapadas en Mosul y muchas de ellas podrían verse forzadas a huir para escapar a los combates.