Francia y Alemania enfrentan sus proyectos de unión bancaria y monetaria durante una cumbre de dirigentes europeos, en medio de protestas contra la austeridad en Grecia y de negociaciones "que se encaminan" hacia un rescate de la economía española.
"Tenemos mucho trabajo ante nosotros, en el sector bancario, empleo y crecimiento", señaló el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al iniciar en Bruselas la cumbre de los 27 jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE).
¿Unión bancaria o unión presupuestaria? Ese parece ser el dilema.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, se reunieron antes del comienzo de los debates que se pronostican especialmente acalorados.
Al hablar ante el parlamento de su país, Merkel defendió la idea de aumentar las competencias del comisario europeo de Asuntos Económicos (un cargo que actualmente ocupa Olli Rehn) para que pueda vetar los presupuestos nacionales de los estados miembros, cuando éstos no respeten los "límites de estabilidad y crecimiento".
Para Hollande, las prioridades son otras. El presidente francés afirmó que los jefes de estado deben consagrarse a la construcción de una unión bancaria, y no a una unión presupuestaria.
"El tema del Consejo (europeo) no es la unión presupuestaria, es la unión bancaria", respondió el mandatario francés esta mañana en Bruselas. "Se deben respetar las decisiones" de la cumbre junio, precisó.
Alemania y Francia no logran ponerse de acuerdo en la hoja de ruta para que entre en vigor el Supervisor Unico Financiero para la zona, bajo la égida del Banco Central Europeo (BCE).
Berlín repite que este supervisor para toda la banca de la zona euro estará operativo a partir de 2014, mientras que París insiste que debe ser "cuanto antes".
Hollande se ha convertido en el portavoz de España o Italia, que buscan crear ese supervisor para todos los bancos de la zona euro en enero de 2013, con el objetivo de asegurar la recapitalización directa de la banca, sin que contabilice como deuda pública.
Del otro lado, Merkel lidera el grupo los "triple A" (en referencia a la nota que les otorgan las agencias de calificación financiera).
Recientemente, Alemania, Finlandia y Holanda precisaron que los activos heredados o tóxicos no deberán quedar bajo el paraguas del fondo de rescate europeo conocido como Mecanismo Europeo de Estabilidad financiera (MEDE).
Rumores sobre un rescate inminente
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Al hablar ante el parlamento de su país, Merkel volvió a insistir en que el gobierno de Mariano Rajoy es el que debe decidir si pedirá un rescate de su economía.
Según una fuente diplomática, España se acerca a una solicitud de ayuda, destinada a lograr la intervención del Banco Central Europeo (BCE) para aflojar la tensión en los mercados de su deuda soberana.
Los rumores provocaron la euforia de los mercados europeos y llevaron la prima de riesgo española, que mide la confianza en la solvencia en un país, por debajo de los 400 puntos por primera vez desde abril.
España quiere aprovechar esta relajación en los mercados para perfilar su solicitud de rescate, el segundo en un año tras haber recibido una línea de crédito de un máximo de 100.000 millones de euros para su banca.
"No creo que la solicitud ocurra durante la cumbre del jueves y viernes. Pero la reunión servirá", según la fuente, para definir las condiciones que se le exigirán a España a cambio de una eventual asistencia financiera. Sobre todo, Madrid quiere asegurarse de que no habrá nuevas condiciones, en medio de un creciente descontento social.
"Los españoles no pedirán nada si no están seguros de lo que deben esperar a cambio", dijo.
Según dispuso el BCE, la solicitud deberá hacerse oficialmente al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Así se cumplirá con el paso previo exigido por la institución dirigida por Mario Draghi para intervenir comprando deuda en los mercados secundarios.
Todo indica que se tratará de una línea de crédito preventiva, la opción "más fácil y eficaz", según Bruselas.
Berlín, que se resistía a tratar un rescate español en este momento, "ha ido cediendo", precisó la fuente.
E incluso la demanda española podría tratarse al mismo tiempo que el desembolso del tramo de 31.500 millones de euros de ayuda a Grecia, pendiente desde junio.
Berlín prefiere tratar las solicitudes en un mismo paquete y no pedir el aval del Bundestag (parlamento) caso por caso, en momentos en que el país se encamina a las elecciones legislativas de septiembre de 2013.
La Comisión Europea (CE) anunció que la troika de acreedores (UE, BCE y Fondo Monetario Internacional) terminó su misión en Atenas, allanando el camino para un acuerdo en Grecia.
Pero la sociedad griega ya no quiere saber nada más de los ajustes. Grecia vivió otra huelga general, la cuarta en lo que va de año, contra las duras medidas que el gobierno acordó con Bruselas.