Se trata de la firma de un acuerdo para unir esfuerzos con el fin de contrarrestar y reducir las actividades criminales en las áreas marítimas de los dos países, por medio de operaciones combinadas, intercambio de información y capacitación, y para promover el desarrollo mutuo con la adopción de disposiciones que buscan preservar el medio marino y la explotación ilícita de sus recursos.
Según el acuerdo, firmado por Juan Carlos Pinzón y el general Manuel López Ambrosio, ministros de Defensa de Colombia y Guatemala, respectivamente, se busca enfrentar de forma más efectiva el tráfico de estupefacientes y de los insumos para su producción, lo mismo que otros delitos transnacionales, como el comercio ilícito de armas, municiones y explosivos y la trata de personas.
Además, señala el convenio, los dos países implementarán acciones conjuntas para proteger la vida humana en el mar y la búsqueda y el rescate de embarcaciones.
En materia de cooperación, las partes acordaron desarrollar planes y programas de capacitación conjunta para las autoridades navales y guardacostas, coordinar actividades de interdicción marítima de embarcaciones sospechosas de narcotráfico y comercio ilegal de armas, a intercambiar información de inteligencia, asesorarse mutuamente en las áreas de mantenimiento y operación de equipo naval y establecer mecanismos de colaboración para proteger el medio marino en las zonas económicas exclusivas de cada uno de los países.
En cuanto a operaciones navales, Colombia y Nicaragua se comprometieron a establecer procedimientos y canales de comunicación para coordinar operaciones de búsqueda y rescate, al igual que los necesarios para el intercambio de información del área operativa y de inteligencia con el fin de efectuar acciones contra el crimen transnacional y aquellos que atenten contra los recursos del medio marino.
Igualmente, Colombia y Nicaragua convinieron ofrecer cupos o plazas en las escuelas de formación de oficiales y suboficiales, además de plazas para la realización de cursos de formación en áreas de interés de las partes que programen las Fuerzas.
Finalmente el acuerdo establece que ninguna de las partes ejercerá en el territorio y aguas jurisdiccionales de la otra, competencia ni funciones reservadas para las autoridades de cada país.