La designación de Enrico Letta como nuevo primer ministro de Italia busca darle aire al enrarecido ambiente de la política en el país europeo. El presidente Giorgio Napolitano, quien aceptó ser reelegido, con la condición de que hubiera acuerdo entre los diversos grupos para poner fin a la inestabilidad. Bajo esa óptica encargó un dirigente de las nuevas generaciones para la formación de un gobierno de unidad, quien no obstante su edad (46 años) tiene amplia experiencia en el ajetreo político. Ha sido tres veces ministro; subsecretario de la presidencia de gobierno con Romano Prodi.
Dura tarea le espera a Letta. Requerirá del apoyo de todas las agrupaciones políticas para conjurar la crisis de su país. Expresó que Italia necesita respuestas inmediatas. Es una situación difícil, que no puede durar, afirmó. Ya dio a conocer sus prioridades. Entre ellas una reforma de la Constitución que reduzca el número de parlamentarios y modificar la ley electoral, responsable de la ingobernabilidad.
Una vez asuma el gobierno el nuevo primer ministro tendrá que comenzar con reformas urgentes ante la emergencia social y económica, esta última la más compleja, por las medidas de austeridad para enfrentarla.