El conflicto entre la presidenta Cristina Kirchner y Clarín, el mayor multimedios de Argentina, recrudece a medida que se acerca una fecha polémica para aplicar una ley antimonopólica que la empresa considera un intento del Gobierno por hegemonizar los servicios audiovisuales.
El 7 de diciembre, bautizado el 7D, es el día fijado por un fallo de la Corte Suprema para resolver un amparo del Grupo Clarín, pero el Gobierno lo interpreta como el último plazo para que se desprenda de medios audiovisuales.
"Aquel que el 8 de diciembre no haya entrado en el proceso antimonopólico, estará fuera de la ley", advirtió en la página web del gobierno Martín Sabbatella, un izquierdista que es flamante jefe del ente regulador audiovisual AFSCA.
La Ley de Medios Audiovisuales (2009) establece topes y limitaciones a las tenencias simultáneas de sistemas de cable, canales de TV y radios.
En discrepancia, Martín Etchevers, gerente de Comunicaciones de Clarín, dijo que el 7D "no debe suceder nada".
"La Ley de Medios tal como está escrita y, más aún, tal como está aplicada, lejos de buscar un reparto más democrático busca la hegemonización de los medios audiovisuales del Gobierno a través de distintas herramientas", dijo Etchevers en una nota publicada en el diario.
En esta lucha sin tregua, el portavoz dijo que "hoy, en términos de mapa mediático, más del 80% de los medios de radio y TV responden directa o indirectamente al Gobierno. ¿De qué lado está la concentración mediática?".
El enfrentamiento de Kirchner con Clarín se arrastra desde el primer mandato de la Presidenta (2007-2011) y atravesó varias crisis, como cuando el ente fiscal allanó oficinas de la firma o cuando la policía militarizada (Gendarmería) entró por orden de un juez en la planta de la red Cablevisión de TV por cable. En ambos casos Clarín denunció fines intimidatorios.
Inspectores participaron en 2009 de un gran operativo fiscal en empresas y casas particulares de directivos de Clarín, en tanto que gendarmes entraron a la planta de Cablevisión en 2011 a raíz de una denuncia judicial del competidor grupo mediático Vila-Manzano, cercano al Gobierno.
El choque había comenzado desde que el fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), marido de la mandataria, rechazaba publicaciones del diario con la pregunta "¿Qué te pasa Clarín, estás nervioso?".
Otros momentos de tensión se vivieron cuando sindicalistas peronistas bloquearon la distribución del diario o cuando el Gobierno logró aprobar en el Congreso regulaciones a la firma Papel Prensa de insumos para periódicos, uno de cuyos socios principales es el Grupo Clarín.
Kirchner acusó a Clarín de apropiarse de Papel Prensa por favores de la última dictadura (1976-1983).
El Gobierno atizó siempre el fuego con la consigna "Clarín miente", que empapeló paredes y edificios públicos, fue grabada en camisetas por activistas y fue leyenda en paquetes de dulces repartidos por las calles./AFP