Vannesa Romero
Periodista EL NUEVO SIGLO
Para el ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo, los críticos de la aplicabilidad de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras están alejados de la realidad al decir que el Gobierno marcha lento. El funcionario argumenta que se ha hecho más en los últimos meses en la materia que en cinco décadas.
En cuanto al costo de la canasta familiar, no calcula un aumento en los precios de los productos, pero posiblemente, si el fenómeno del Niño afecta como lo ha dicho el IDEAM, la leche o las fresas puedan tener un leve incremento.
De otro lado, se refirió a los verdaderos impactos del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en la agricultura del país y los planes de protección a los diferentes sectores que desde hace varios meses se implementan.
EL NUEVO SIGLO: ¿En cuanto a la restitución de tierras, cómo va el Gobierno en ese sentido?
JUAN CAMILO RESTREPO:El Gobierno ha sido muy cuidadoso de distinguir dos políticas de mucha importancia. Una es la formalización de la propiedad agraria, la titulación, de las cuales ya se han titulado en este Gobierno cerca de un millón de hectáreas. Pero nunca ningún documento del Gobierno ha confundido la titulación con la restitución. La restitución es la aplicación de la Ley 1448 que empezó a regir el 1 de enero de este año y que acabó de ser reglamentada en marzo. En escasos cinco meses hemos hecho un esfuerzo monumental como no lo había hecho el país en 60 años en materia de restitución. Se ha abierto oficinas en todo el país para recepcionar las reclamaciones, se han recibido cerca de 18 mil solicitudes que reclaman tierras despojadas por un millón 500 mil hectáreas. No es que una reclamación entre por una ventanilla y por otra salga el título de restitución como algunos esperarían que se haga.
ENS: ¿Cuáles son los términos de la restitución?
JCR:La administración tiene, desde que se admite al registro de predios, cuatro meses para preparar la documentación, y los jueces 4 meses extendibles a otro tanto si hay segunda instancia. El proceso puede demorar entre 9 meses y un poco más de un año y la Ley comenzó a aplicarse a plenitud en marzo de este año. Ni siquiera los términos han cursado. En este semestre ya empezarán los primeros fallos.
ENS: ¿Cómo prevé el Gobierno que no haya una nueva posesión en el marco del conflicto armado?
JCR:La Ley dice que la restitución se hace gradual y selectivamente. Por eso todo el aparataje que hemos puesto en marcha, para que comience de donde hubo mayor despojo a menor despojo. También estamos en coordinación con las entidades de seguridad. Hay violentos que así como se apoderaron de tierras a sangre y fuego, ahora quieren a sangre y fuego conservarlas.
De las 18 mil solicitudes, por declaración de los mismos solicitantes, 250 ó 300 dicen tener temores o amenazas. Algunos casos se han detectado de autores intelectuales o inspiradores de hechos de violencia contra las víctimas y hemos ofrecido recompensas y algunas judicializaciones ya se han hecho exitosamente, pero como esta no es una Ley inocua, sino que toca callos, eso pasa.
ENS: ¿Cuál es la principal falencia?
JCR:Hay complejidades jurídicas, por eso hay que dilucidarlo con los Jueces Agrarios, que son los de la última palabra. Hay problemas de seguridad y hay también los indiferentes, que nunca le han quitado un palmo de tierra a nadie pero dicen ‘para qué el país se mete en este nuevo lío, deje las víctimas, el tiempo terminará saneando eso’.
ENS: Se ha especulado mucho sobre el impacto del TLC con Estados Unidos. ¿En realidad qué tanto ha afectado a los agricultores?
JCR:El TLC con Estados Unidos se negoció hace 4 años y entró en vigencia apenas el 15 de mayo de este año, entonces todavía los efectos son pocos, pero hacia adelante sí afecta la agricultura en dos sentidos. A unos sectores les da posibilidades muy interesantes y en el corto plazo para empezar a exportar frutas, verduras, hortalizas. Allí estamos trabajando con el ICA para que los permisos fitosanitarios que se requieren se obtengan para productos estratégicos de estos sectores.
ENS: ¿Y en el mediano plazo?
JCR:Estamos trabajando para las exportaciones de carnes y lácteos, inclusive ya se están haciendo de lácteos. Ahora bien, a otros subsectores del agropecuario les plantea desafíos o amenazas, eso significa que hay que hacer una verdadera reingeniería. Todavía es tiempo de iniciar esa reingeniería con esos sectores amenazados. Me refiero al arroz, pequeña producción de leche, que son 350 mil familias, y otros como el algodonero.
Ahí el trabajo se está haciendo para ir acondicionando estos sectores en los tiempos que dan los periodos de desgravación, para cuando llegue la hora de la verdad de estos TLC. Eso es dentro de 8 o 10 años, que ya los aranceles estén en 0, y se pueda importar cualquier cantidad de productos extranjeros.
ENS: ¿Qué abarca esta reingeniería?
JCR:Créditos largos con plazos muertos, semillas, facilidades para construir infraestructura de riego, almacenamiento, ciencia y tecnología aplicada a estos cultivos que tienen amenazas, infraestructura en general, desarrollo rural. Son programas integrales, ya hemos estado hablando con los del algodón en ese sentido.
ENS: ¿Pero por qué no haber tomado esas medidas antes?
JCR:Eso habrá que preguntárselo a los que negociaron el TLC y a los que estuvieron los primeros años. Quisiera transmitir no una visión apocalíptica, como lo están haciendo algunos, de que se va a acabar la agricultura y la ganadería por el TLC, pero tampoco un mensaje de exagerado optimismo que lleva al inmovilismo. No, hay que ponernos las pilas. Algunos subsectores agropecuarios tienen amenazas por la manera como se negociaron algunos puntos concretos, pero vamos a salir adelante. El Gobierno no va a dejar desamparado el arroz, pequeñas unidades de leche, algodón, fríjol, por ejemplo.
ENS:¿Además del plan para modernizar los cultivos arroz, crearán más para otros sectores?
JCR:El programa ‘País Maíz’ es un buen ejemplo de cómo sí se puede preparar la agricultura colombiana para que enfrente los retos del TLC con éxito. Este tiene apoyos en créditos, semillas certificadas, va estupendamente bien. El año pasado aumentó el área de maíz amarillo certificado en Colombia 30%. El mismo año en que entraba el TLC, redujimos un poco la dependencia de importaciones de maíz amarillo, que es el principal producto que importa Colombia en su balanza comercial agrícola.
ENS: El punto que siempre se ha discutido es la amenaza que tienen algunos sectores…
JCR:La amenaza es real en algunos sectores y hay que reconocerla, luego comenzar a tomar las medidas pertinentes internamente para preparar mejor, tecnificar esos sectores. El periodo de desgravaciones en lácteos son 10 años, en arroz 12 años y así. Ese es el tiempo precioso para aprovechar para hacer una reingeniería. Por ejemplo para el arroz, hay que hacerle unos cambios en siembra, semilla, investigación, que conduzca a que Colombia produzca dos toneladas y media más por hectárea, que es una tarea gigantesca y es factible hacerla y llegó la hora de hacerlo.
ENS: ¿Cuál es la visión que tiene el Gobierno sobre la problemática cafetera?
JCR:Durante los últimos cuatro años, la producción de Colombia por diversas razones, el invierno, la excesiva humedad, la roya, han conducido a que bajara a niveles insatisfactorios y preocupantes, en promedios de unos 8 millones de sacos. Ya empezamos a ver una especie de luz en el túnel. Esas renovaciones, el año pasado se hicieron 120 mil hectáreas, y comienzan a dar ya frutos y por lo tanto esperamos que este año la producción salga de esa cuneta en que ha estado en cuatro años y pasemos hacia el estadio normal de Colombia que son 12 millones de sacos.
ENS: En el Legislativo criticaron la política del sector…
JCR:Del sótano al que cayó la producción hay indicios que muestran que está empezando a recuperarse. Otro tema muy de fondo es la revaluación, eso le da muy duro al café y a otros sectores. El Gobierno ha hecho una política fiscal cuidadosa para no tener que traer tantos dólares externos y monetizarlos. En el propio Ministerio de Agricultura hemos creado un fondo que ayuda a tomar coberturas contra el riesgo cambiario, parcialmente. El año pasado cubrimos 700 millones de dólares del riesgo cambiario. Pero naturalmente el Banco de la República tiene que ayudar en esto y no ser tan olímpico. En otras palabras, comprando más dólares para estabilizar el mercado.
ENS: ¿Cuáles cosechas se han visto más afectadas por el fenómeno del Niño?
JCR:El Niño todavía no ha llegado, empieza a llegar. Lo que dice el IDEAM es que en Colombia hay unas temporadas de invierno y verano, esta última es noviembre, diciembre, enero y parte de febrero. A pesar de que las lluvias han escaseado en algunas regiones, el momento más difícil, el momento más preocupante será el de fin de año; eso va a afectar, si se da, a los cultivos transitorios que se siembran en el primer trimestre y puede dilatar un poco las siembras y sobre todo puede afectar la ganadería y la leche como la de doble propósito.
ENS: ¿Está amenazado el abastecimiento de alimentos por la sequía?
JCR:No. Hasta el momento el abastecimiento está normal. Se pueden ver algunos productos encarecidos, como sucede siempre cuando hay veranos muy fuertes, pero no. Si puede haber algunas necesidades puntuales como de importar productos, lo haremos.
ENS: ¿Cómo está avanzando el país en la agroindustria?
JCR:Se ha venido desarrollando y hay experimentos interesantes en diversos campos. Ahora estamos preocupados con un fallo que sacó la Corte, la semana pasada, que prácticamente dificulta el desarrollo de agroindustrias asociadas con pequeños y medianos trabajadores en la región de la Orinoquia. Es un fallo del que estamos esperando que salga la versión final de la sentencia, pero si no se le hace un correctivo podría comprometer el desarrollo gravemente de la agroindustria en Colombia.
ENS: ¿Y cómo hacer el correctivo?
JCR:Por eso hay que esperar el fallo final a ver en qué sentido es y ver muy bien la motivación, pero pensamos que hay formas asociativas y que el gran capital se asocie con pequeños productores para que de común acuerdo se puedan generar economías de escala inclusivas. Porque una persona que tiene una Unidad Agrícola Familiar en una tierra que no es muy fértil, pues le va a quedar muy difícil montar una agroindustria, poner una secadora o una extractora que vale 100 millones de dólares. Es necesario que la legislación agraria no entorpezca el crecimiento de la economía de escala y de agroindustrias en el país.
ENS: ¿En el corto plazo?
JCR:En el corto plazo se verían afectados los de los Llanos, Orinoquia, caucho, frutales tropicales, cereales, el mismo arroz, reforestación. El fallo sale redactado en su versión definitiva en un mes, pero ya se ha conocido el sentido del mismo.
ENS: ¿En lo corrido del gobierno Santos de cuánto ha sido la inversión en el campo?
JCR:La inversión en un sector como la agricultura fluye por muchos lados: privada, créditos, subsidios directos. El crédito para todos los sectores en la cartera agropecuaria está llegando a los 10 billones de pesos. Estamos muy contentos con el comportamiento que está teniendo el crédito que crece a los diversos sectores, según las cifras de Banco Agrario y Finagro, a una tasa del 30 por ciento este año.
El crecimiento
Según el Ministro, durante 2008-2010 la agricultura colombiana no creció, tuvo decrecimiento. “El primer año de la administración Santos de la que hay datos de crecimiento es 2011, se creció 2.2% y si excluimos el café creció 3.6%. Esto muestra que la vieja locomotora de la agricultura estuvo estacionaria en un taller de reparaciones durante tres años, que coinciden entre otras cosas con los últimos tres años de la Administración Uribe, y en el primer año de la de Santos empezó a moverse. Todavía no estamos a la velocidad de crucero que queremos. En 2011 por primera vez en cuatro años empezó a crecer a pesar de que fue duro por la ola invernal. Llegamos a tener más de un millón de hectáreas bajo espejos de agua. 300 mil hectáreas de la ladera andina afectadas, problemas fitosanitarios, etc. Si el año pasado crecimos 2.2% este año esperamos crecer 3%”.
La canasta familiar
“Las últimas cifras del DANE nos muestran que la inflación de alimentos está muy normal, incluso los últimos dos meses hubo inflación negativa de alimentos. Es probable, si se corroboran estos pronósticos del verano tan fuerte, que algunos productos suban de precio. Los que pueden ser más afectados por la ola de sequía, los que se siembran en el primer trimestre. El sector de alimentos no ha sido un disparador de la inflación en este momento. Puede suceder que haya granizada en la fresa, sube la fresa o a la inversa bajan otros. Pero el gran conjunto no vemos un país desabastecido ni con una inflación de alimentos”.