Elecciones en EU: Trump, “incómodo” y parece imbatible | El Nuevo Siglo
Martes, 23 de Febrero de 2016

DONALD Trump no es tan polémico como parece. O si lo es, bajo la tesis de que su nombre iba a darse a conocer en los republicanos siempre y cuando tuviera alguna frase que generara conmoción o controversia. Ese, pues, es el estilo con el  que se le conoce. Sin embargo, a medida que va avanzando la campaña por la nominación republicana,  el multimillonario ha demostrado que no es tan antimexicano como se creía, ni tan extremista como se pensaba.

 

En estricto sentido, Trump está muy bien asesorado. Al principio de esta campaña,  fue polémico, agresivo y llevó a que muchas personas, incluso instituciones, le negaran el saludo o lo vetaran. Pero detrás de cada comentario descalificador, siempre ha existido el objetivo irrestricto de llamar la atención.

 

Al contrario de la mayoría de sus contrincantes, Trump es un “outsider” de la política, vinculado al sector de los negocios. Ello llevó a que inicialmente su figura como presentador de realities y dueño de Miss Universo, opacaran su rol como candidato presidencial.

 

En un comienzo  nadie creía que un multimillonario que manejaba un perfil asociado al espectáculo pudiera ser un aspirante con serias posibilidades. Ante tal panorama, sus asesores trabajaron a fondo para presentar un candidato que dijera, sin pelos en la lengua,  lo que el norteamericano de clase media quería oír, con la plena seguridad de que el resto de nominados tendrían un discurso políticamente correcto.

 

Debate tras debate, Trump jugó el mismo papel. Incómodo y pulsante, ha dicho una y otra vez que construirá un muro, atacará a los países en Medio Oriente que se opongan a los intereses norteamericanos y bajará el nivel de impuestos. Propuestas simples y certeras que calan positivamente en el electorado y muestran un candidato capaz de decir lo que quiere frente a otros acomodados a los lineamientos del partido o la burocracia.

 

Hace tres días, luego su victoria arrasadora en Carolina del Sur, Trump expuso abiertamente cuales son los ejes esenciales de su propuesta: ejército y comercio fuerte, y derrotar al Estado Islámico. A primera vista, parecen obvios y cuenta con un cierto cariz populista. Los demás candidatos, sin embargo, no han sido tan directos en sus políticas como Trump. Ellos usan un lenguaje menos directo y más especializado, distante de los ciudadanos y, por ende, lejos de lograr un contundente apoyo electoral.

 

Tal es el caso de Jeb Bush, un hombre con experiencia y con una dinastía a sus espaldas, que pese a ello retiró su campaña el pasado sábado ante el evidente fracaso electoral. Mientras, Trump batió todos los pronósticos de los expertos que no le daban más de tres meses punteando la nominación republicana y, de lejos, es el favorito a quedarse con ella.

 

¿Trump es imbatible? Eso parece por el momento. En Carolina del Sur le sacó 10 puntos a Rubio y Cruz, quienes vivieron un mano a mano por el segundo lugar. Así mismo sucedió en New Hampshire, donde también obtuvo una victoria abismal. En parte su éxito se debe a la estrategia comunicativa de su campaña que cuenta con asesores como J.J Rendón.

 

Días antes de la cita en el Estado sureño, Trump contó que George W. Bush había dicho mentiras sobre la guerra en Iraq, declaraciones que generaron ese ambiente tan adverso para Jeb Bush. Lo mismo ocurrió cuando se refirió a Cruz o Rubio, quienes no han dejado de descalificar al magnate.

 

Desprestigiar, hablar directamente y darle un toque de cómica retórica a sus discursos, han hecho de Trump un fenómeno político. "Son genios", se burló el pasado sábado cuando le contaron de la dimisión de Bush. "Ellos no entienden que cuando las personas abandonan soy yo quien va a obtener una gran cantidad de esos votos", dijo.

 

Es un hombre genuino, al igual que Bernie Sanders en el lado demócrata. En ese sentido, parece como si el elector estadounidense estuviera hastiado del discurso tradicional del político de base y se inclinará por un contestatario, que dice una lluvia de verdades desde un atril.

 

Pero Trump no sólo es un hombre con un lenguaje político sin límites. Aunque ese es su sello, su estrategia ha variado. Ya no es un candidato que ataca a sectores de la población, sino que los atrae, los llama. Así sucedió con los latinos. “Los amo, me aman”, dijo el sábado y demostró con papeles en mano su cercanía con México y los hispanos que viven en Estados Unidos.

 

Es decir, el magnate va por más votos, así de claro. Ante el retiro de Bush y el inminente adiós de Kasich, Carson y Fiorina, su propósito para el próximo mes es presentar un discurso que se base menos en el rechazo y se convierta en un espacio más abierto e incluyente. De hecho es claro que uno de sus principales objetivos serán los latinos. Y en ese camino por lograrlo se acomodará a las condiciones, teniendo en cuenta el impacto mediático que le piden de sus asesores de campaña.