El fenómeno de El Niño, que para el caso colombiano implica una disminución en las lluvias, está presente tal y como había sido pronosticado por el Ideam. Es de intensidad débil, afecta principalmente las regiones Caribe y Andina y podrá extenderse hasta junio.
Así lo informó el Instituto, al explicar que este fenómeno es un evento de variabilidad climática, que se desarrolla en el océano Pacífico y que se produce por la combinación de dos anomalías: el decaimiento de los vientos Alisios y el aumento de la temperatura en la superficie del océano.
“No puede decirse que un Niño se ha consolidado, si estas condiciones no se mantienen vigentes, al menos, durante cinco meses continuos, según el índice Oceánico del Niño (ONI - NOAA). Ayer, 9 de abril, se cumplió ese quinto mes. Durante este lapso, el océano ha sido 0.5 grados más caliente de lo normal y la fragilidad de los vientos ha sido constante”, señaló el Ideam en un comunicado.
El Niño, que coincide con la primera temporada de lluvias del año, afectará principalmente a las regiones Caribe y Andina.
Para esta última, el Ideam advirtió que podría llover en cantidades cercanas a los promedios normales de la época, por eso la vulnerabilidad de la región a tener ríos disminuidos con niveles bajos, es reducida.
“No sucede lo mismo en el Caribe, donde aún hay departamentos con precipitaciones escasas o nulas. Allí algunos caudales presentan niveles críticos, y por eso los planes de contingencia deben permanecer activos”, explicó.
De acuerdo con los análisis realizados por el Ideam, basados en el monitoreo, información y resultados provenientes de los centros internacionales de predicción climática, se espera que El Niño se extienda hasta el segundo trimestre (abril-mayo-junio) del año.
Sin embargo, en el informe emitido por el Centro de Predicciones Climáticas de la NOAA y el Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI), de Estados Unidos, se explica que existe una probabilidad del 70% de que El Niño se prolongue hasta agosto (verano en el hemisferio Norte), situación que coincidiría con la temporada semiseca de mitad de año en el país.
Por eso, se recomienda a la comunidad en general, al Sistema Nacional Ambiental, al Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, a las autoridades nacionales, regionales y locales, y a los sectores productivos, no bajar la guardia y continuar atentos a los comunicados que continuamente está emitiendo el Instituto y a mantener activas las acciones preventivas para reducir el impacto asociado a la temporada de lluvias de la región Andina y a la temporada seca de la región Caribe.