El adiós a Juan Camilo, un hombre grande. El hombre de las dificultades: fue la luz del apagón de Gaviria; de la estabilidad y reestructuración durante la crisis financiera de Pastrana y ha sido la esperanza del agro en las "malditas niñas" y la malhadada revaluación del presidente Santos.
¿Por qué será recordado? Lo más importante y por lo que será recordado en Colombia: cuando avizoró el regreso de las "Republiquetas Independientes". Cuando desde el alto gobierno se enfrentó a los conciliábulos de La Habana, desde donde también pidieron su cabeza. Un hombre comprometido con el establecimiento y hacedor de la institucionalidad. Juan Camilo, quien ha tenido el mismo rasero con las Farc, con las autodefensas y con la delincuencia común.
Revolución Pacífica. Y del proceso de paz ni se diga: ha sido el notable hombre público, quien no sólo ha nutrido de planteamientos creativos la discusión en La Habana para el cese del conflicto, sino también quien ha defendido la propiedad privada, el derecho de los campesinos y la preservación de la unidad territorial y de la soberanía nacional. El proyecto de Ley de Desarrollo Rural, que es la visión de la nueva Colombia rural, es una revolución pacífica del campo colombiano, con o sin proceso de paz.
Sin aspavientos. En vivienda rural, ya ha entregado más de 30 mil viviendas y tiene comprometidas más de 100 mil. Ya la ruralidad no es ignorada, ni es la cenicienta de la vivienda en Colombia. Por eso también le incomoda al nieto del expresidente Lleras Restrepo que ve en Juan Camilo a un verdadero rival.
Contra la "mula” que Silva. Fue Juan Camilo el primero en reclamar la competitividad de los rubiáceos y de la necesidad de replantear a la Federación de Cafeteros por su anquilosamiento, que como los dinosaurios no supieron adaptarse a los desafíos de los nuevos tiempos. Se enfrentó a la guadaña burocrática comandada tras bastidores por Gabriel Silva, el sepulturero del cafetero colombiano y cabecilla del séquito de sobachaquetas que viven de la intriga y la conseja, que como panfletarios de la República navegan desde su “piragua” descalificando columnistas y dando clases de ética periodística.
Deja política agraria. Como nunca antes, hay política agropecuaria, ha trabajado por la competitividad del sector, más la atención a la difícil situación de los últimos años. Ha sorteado con la más clara visión las dos crisis invernales, la revaluación, los bajos precios internacionales, el contrabando y, como sí fuera poco, la inercia de los politizados gremios de la producción.
Tres ministerios. ¿Juan Camilo (exminminas, exminhacienda y ya casi exminagricultura) será que vale la pena que se siga aguantando a Gabriel Silva?... ¡No! ¡No más! Usted ya hizo la tarea; usted ya hizo historia.