El incremento de los homicidios, los secuestros, la extorsión y el abigeato tiene contra las cuerdas a los ganaderos.
El presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan) José Félix Lafaurie hace un análisis de la difícil coyuntura que están atravesando. En diálogo con EL NUEVO SIGLO reveló que en lo corrido del presente año ya son cerca de 20 empresarios del sector secuestrados por grupos ilegales y delincuencia común. Por la liberación, los captores exigen millonarias sumas.
Ante estos hechos, Lafaurie hace un llamado a la Policía, a las Fuerzas Militares y la Fiscalía para fortalecer las medidas de seguridad para esta actividad económica.
Insistió que hasta el momento no hay información precisa sobre si el aumento de estas modalidades delictivas, especialmente en materia de secuestros, es producto del accionar de las llamadas bandas criminales emergentes al servicio del narcotráfico (bacrim) o de las guerrillas de las Farc y del Eln, que reintentan tomar el poder en las zonas ganaderas.
“Los ganaderos hemos sido víctimas, desde la década de los sesenta inclusive, de todos los delitos caracterizados en la norma, pero el ganadero ha sido reacio a reclamar su condición”, indicó.
Insistió en que la victimización de la ganadería nacional sobrepasa la cifra de cuatro mil víctimas solamente de asesinato y secuestro. Es decir, sin contar extorsión, abigeato y desplazamiento forzado por el accionar de los grupos armados al margen de la ley.
Afectación
El presidente de Fedegan advirtió que las cifras de hechos delictivos son preocupantes. En 2011 el asesinato de ganaderos ascendió a 52, mientras que ocurrieron 37 secuestros, 56 casos de extorsión y 102 casos de abigeato con 1.267 animales hurtados.
En lo corrido del presente año se registran 28 secuestros y nueve homicidios, además de los casos de abigeato y de extorsión que en muchos casos no son denunciados.
“Estas cifras solamente fueron reportadas por las Unidades Regionales de Fedegan. Hay muchos más casos que el temor y el terror se encargan de ocultar”, precisó.
“La verdad es que se han disparado en el curso del último año esos delitos de homicidio y secuestro que han sido críticos para el gremio. Pero puedo decir que las extorsiones y abigeato prácticamente están en todo el país. Claro que en unas zonas más que en otras”, explicó.
Reiteró que los ganaderos en el país “tenemos un mecanismo de denuncia en línea y hemos venido trabajando muy de la mano con la Policía Nacional y prácticamente todos los reportes que nos llegan van directo o se comparten con las autoridades competentes para el desarrollo de las correspondientes investigaciones”.
Aseguró que en estos momentos “hay cifras por departamentos en materia de asesinatos y secuestros. Llevamos 65 secuestros y 61 asesinatos en el país en los últimos 18 meses”.
Abigeato
En cuanto al abigeato, explicó que hay mucho subregistro, así como de extorsiones, lo que es muy grave si se tiene en cuenta que estos delitos tienen ya cifras que superan los doscientos casos. “… Las víctimas no los reportan a las autoridades por miedo”, agregó.
Lafaurie indicó que el abigeato y otras modalidades criminales contra los ganaderos registran un importante incremento en las zonas de frontera con Venezuela y Ecuador, especialmente. En las demás, es decir en las líneas de separación con Brasil, Panamá y Perú, no se dan casos de abigeato u otras modalidades al margen de la ley.
“Aquí podemos hablar de regiones que limitan con Venezuela como son la Guajira, Cesar y Arauca. En estas regiones se presentan hechos cada vez más fuertes. Pero también se presentan hechos en Antioquia, Córdoba y en Sucre, por la cercanía de lo que es la Serranía de Abibe o cordillera de Abibe, que nace en el Nudo de Paramillo, donde se registra una intensa actividad de narcotráfico y por consiguiente trae situaciones de inseguridad permanente”, precisó.
Agregó que “en los Llanos Orientales también se registran casos de abigeato, extorsiones, secuestros e incluso homicidios. Hay unas zonas muy duras, especialmente en Arauca y Casanare, donde se han presentado muchos hechos de inseguridad. También en el municipio de Mapiripán (Meta) se presentan situaciones lamentables. Creo que en el país hay zonas donde hay una mayor actividad criminal que en otras, pero sí se han venido presentando cada vez más casos de inseguridad”.
Informalidad
Otro de los líos propios está relacionado con la deficiencia en la formalización y control de la actividad.
“El tema más grave que tiene la ganadería colombiana es la informalidad y sobre todo la que está asociado al sacrificio clandestino, e incluso en algunas plantas donde no hay control por parte de las autoridades. Cuando esa informalidad se nutre de manera especial de ganado robado, entonces es casi que imposible tener un muro de contención para enfrentar este tipo de hechos”, explicó.
Aseguró que es urgente, necesario e importante empezar en la formalización de estos sectores, pues mientras este proceso no se dé, “es muy difícil combatir estos fenómenos de criminalidad”.
Recordó que “marcar el ganado ayuda a evitar mucho el abigeato y, por supuesto, cuando hay situaciones al margen de la ley que afectan a los ganaderos lo que hay que hacer es informar de inmediato a las autoridades”.
Afirmó que “por los hechos violencia contra los ganaderos podríamos volver a una situación crítica en la que muchos empresarios podrían abandonar los grandes esfuerzos para seguir invirtiendo y para seguir haciendo todas las actividades que requiere el campo para lograr la competitividad”.
De otro lado, el presidente de Fedegan advirtió que “ahora con el acicate de los Tratados de Libre Comercio, el tema de seguridad es un tema que se vuelve recurrente”.
Además de la inseguridad, Lafaurie dijo que la ganadería está sin condiciones para enfrentar los TLC, por cuanto no cuenta con una red vial que sustente el transporte de su producción agroalimentaria hasta los puertos y centros de consumo.
Mientras estas deficiencias se corrigen, Fedegan trabaja para dar solidez a la ganadería y busca un mercado interno ordenado y al día en normas sanitarias.
Esta iniciativa, dijo el dirigente, fue de buen recibo por parte de la cartera de Agricultura y significa que, de acuerdo con el Ministerio y la Federación, “se crea una alianza público-privada, vital ahora y clave para definir las estrategias que apuntalen el desarrollo sectorial, en este caso de la ganadería y sus retos frente a los Tratados de Libre Comercio”.
Ley de Víctimas
“Nosotros los ganaderos apoyamos la Restitución de Tierras, porque se trata de un proceso de justicia para con las víctimas de los violentos. La restitución es un derecho irrenunciable de los despojados. De hecho, muchos ganaderos lo fueron por la fuerza, o bien abandonaron o malvendieron aterrorizados sus propiedades por la amenaza y la presión de los grupos armados al margen de la ley”, precisó.
Recordó que “en épocas anteriores al 2002, durante casi todo lo que fue la década de los noventa, se incrementó el número de casos de asesinato, de secuestros, de extorsiones y de abigeato… Prácticamente hicieron que el ganadero en todas las regiones colombianas se desmotivara para poder invertir y, en consecuencia, no solamente el hato decreció, sino que la inversión y la capacidad de respuesta que tenía la ganadería colombiana era muy inferior a la que requería para poder atender debidamente al mercado interno”.
Afirmó que es necesario que “las víctimas ganaderas de la violencia, que han sido y son invisibles para el Estado, para los medios y para la sociedad en general, también sean cobijadas con la Ley de Tierras. Y, sobre todo, se debe favorecer la competitividad del campo y no la pobreza del campesino, con la intervención del Gobierno nacional para su desarrollo con tecnología de punta”.
Insistió en que “muchos de los nuestros fueron víctimas del despojo y por esta razón trabajamos por su derecho a la reparación, como lo estamos haciendo a través de Fundagán, con más de 4.000 víctimas de la violencia”.
Por esta razón, Fedegán viene recorriendo el país realizando jornadas de acompañamiento, para generar confianza, ahuyentar miedos y convencer a los ganaderos de que es necesario reconocerse como víctimas, no sólo para reclamar sus derechos individuales, sino “para reivindicar el derecho colectivo de la ganadería a su reconocimiento como víctima”.
Lafaurie precisó que en todos los municipios están las puertas abiertas de las Personerías para que el esfuerzo gremial se consolide con la inscripción de los ganaderos como víctimas. De acuerdo con los cuadros estadísticos, hasta el momento se han inscrito mil quinientos como afectados por la acción de los violentos. Actualmente hay 87 puntos de recepción habilitados en 27 departamentos.
“Nosotros le pusimos ruedas a la Ley de Víctimas y buscamos obtener la reparación de los daños sufridos, el reconocimiento de las garantías fundamentales y la observancia de los Derechos Humanos, porque a la violencia no ha escapado ningún actor del campo, estamos hablando de agricultores, ganaderos, comerciantes, niños, adultos y ancianos”.
Recomendaciones policiales
El Grupo Gaula de la Policía Nacional pide a los ganaderos no dejarse intimidar y denunciar cualquier hecho criminal para adelantar las investigaciones de rigor.
Para ello indicó que no sólo los ganaderos sino todos los colombianos deben adoptar una serie de medidas sencillas pero exigentes para prevenir el secuestro:
1.- Cambiar las rutas y los horarios de los desplazamientos, evitando ser rutinarios en estos.
2.- No transitar en horario nocturno ni por carreteras rurales, ni por la vía pública por sitios sin vigilancia y poco concurridos.
3.- No acordar citas con desconocidos en sitios poco concurridos como zonas rurales o sitios cerrados.
4.- Informarse sobre la seguridad de los sitios en zonas rurales que van a visitar.
5.- No acudir a invitaciones sospechosas en sitios poco concurridos y/o sin vigilancia, como apartamentos, fincas o bares; ni dejarse engañar mediante suplantaciones de identidad que utilizan los delincuentes para acceder a la víctima.
6.- Adoptar medidas para impedir que desconocidos conozcan su información personal y económica.
7.- Portar un celular que funcione y usar las líneas 147 y 165 para denunciar rápidamente secuestros, extorsiones y otras situaciones sospechosas, para que las autoridades puedan reaccionar oportunamente.