A diario aumentan el nerviosismo, la incertidumbre y la angustia en las naciones dependientes de la venta de hidrocarburos por las alarmantes noticias de la estrepitosa caída en los precios del petróleo. Situación que contrasta con las reacciones de optimismo que se dan en los países que carecen del llamado oro negro, gracias a los valores más bajos en que lo pueden adquirir por estos días.
Es la ley del péndulo en la economía, que se hace más marcada puesto que no se ha podido llegar a un acuerdo entre los productores de petróleo para estabilizar los precios, dado que la OPEP controla aproximadamente un 30% de las ventas reconocidas, en tanto Estados Unidos y Canadá, que juegan juntos, pesan cada día más en la oferta mundial de hidrocarburos y esperan en unos años ser totalmente autosuficientes. El notable incremento de la producción petrolera estadounidense determina que supere los 10 millones de barriles diarios, pisándoles los talones a Arabia Saudita y Rusia. En la primera se producen 11,6 millones y en la segunda un poco más de 10,7 millones de barriles diarios. China es el cuarto productor mundial con 4,1 millones de barriles diarios. A ello se suma que el mejor negocio no radica tanto en la producción y venta del petróleo, sino en la petroquímica.
Se estima que apenas comienza el duelo entre Arabia Saudita, la OPEP y terceros países por fuera de ese organismo. Es posible que Rusia, quizá China, se alineen con Estados Unidos y Canadá, según sus intereses. En cualquier caso es de recordar lo que le dijeron en Viena al delegado venezolano durante la última cumbre de la OPEP. Éste, al ser notificado de que ese organismo no reduciría la producción para hacer subir el precio del crudo, se preguntaba “qué vamos a hacer ahora”. La respuesta del secretario de la OPEP fue tajante: ¿Qué hacían ustedes antes de la bonanza petrolera? El venezolano le contestó: “Éramos un país agrícola”. Entonces, el jefe del ente petrolero le replicó: vuelvan al campo.
Lo cierto es que en el negocio de los hidrocarburos hoy por hoy hacer proyecciones es muy complicado. Pero aun así el sector se mueve duro. Por ejemplo, la petrolera española Repsol cerró la compra del 100% del capital de Talismán Energy, por un total de 10.400 millones de dólares. Ello evidencia que los más audaces le apuestan al futuro del petróleo.