*La política en Panamá
*Polémicos contrastes
Las elecciones panameñas debieran interesar a todos nuestros medios de comunicación y a la sociedad en general, por cuanto Panamá fue una de las partes más preciadas del territorio nacional y la mayoría de pobladores descienden de antiguos colombianos y tienen un gran afecto por nosotros, apenas comparables con el que sentimos por ellos como país hermano. Las personas con imaginación se preguntan qué habría sido de Panamá si por la fuerza de una gran potencia no se hubiese separado de nosotros. Las diversas hipótesis surgen espontáneamente y al mismo tiempo se hacen inevitables las comparaciones. Panamá, en tiempos del general Omar Torrijos, con el apoyo incondicional y entusiasta de los gobiernos de Colombia y Venezuela, dio la más grande lección diplomática que recuerda las hazañas de Pericles en Atenas, cuando negoció con la flota enemiga la salvación de la República. Torrijos logró lo que parecía imposible, que la potencia unipolar del momento gobernada por Jimmy Carter, le devolviera pacíficamente y en un gesto que enaltece a esa democracia la zona del Canal de Panamá, antes colombiana. Torrijos comprobó en su gesta diplomática que por medio del diálogo y la persuasión personal es posible obtener resultados sorprendentes y que no pasan por la mente de los politólogos, para que el país más poderoso de la Tierra y la misma ONU apoyaran sus justas pretensiones nacionalistas.
Y las comparaciones no dejan de ser muy llamativas; en la actualidad el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, presenta a su pueblo un balance de grandes obras ejecutadas y por ejecutar. Mientras Bogotá, una de las ciudades más extensas del continente y más ricas, se asfixia por el tráfico de vehículos y no resuelve los problemas de movilidad; el gobernante que pronto dejará el poder hace poco tiempo inauguró el primer tramo del metro en Ciudad de Panamá. Las obras del Canal han tenido algunos tropiezos mas se estima que el ensanche de la vía interoceánica se cumplirá a cabalidad en el plazo calculado. En el resto del país se realizan importantes obras de infraestructura y la inversión social llega a los menos favorecidos. Panamá se ha convertido en punto de encuentro obligado de grandes millonarios que son bien recibidos para que inviertan en el país y que gozan por ese motivo de prerrogativas similares a las del cuerpo diplomático. La banca panameña es de las más sólidas del mundo y naves con su bandera surcan todos los mares, para facilitar el comercio internacional. En muchos aspectos Panamá da lecciones a Colombia en materia de obras públicas e inversión en proyectos macro.
Coinciden los analistas en señalar que las elecciones presidenciales que se realizan hoy en Panamá son de las más reñidas de la historia reciente. Se disputan el poder el candidato José Domingo Arias, por Cambio Democrático, el partido oficial, las esposa del presidente Martinelli, Marta Linares, va como compañera de fórmula en la vicepresidencia. La presencia de la distinguida dama, que es muy conocida por sus obras sociales y excelentes relaciones con los medios de comunicación, se ha convertido en motivo de escándalo en cuanto la oposición cuestiona su nombre por considerar que se trata de una jugada del gobernante para mantener su influencia en el poder, después de haber ejercido por dos períodos la Presidencia de la República. Los partidarios del mandatario dicen que lo mejor que puede ocurrir es que él siga teniendo influencia en el poder, por cuanto durante sus mandatos “Panamá se convirtió en el país de mayor crecimiento de Latinoamérica”. Juan Carlos Navia, del PRD, sostiene que lo que pretende el Gobierno es implantar una dictadura civil, lo que de plano niega Martinelli. En el trasfondo de esa crispada disputa electoral están los conflictos con la Venezuela de Nicolás Maduro, quien públicamente rompió con Panamá. El Gobierno panameño sostiene que el PRD recibe jugosas sumas de dinero de Caracas con la finalidad de intervenir en la política interna del país y derrotar a Martinelli.
Esta controversia con Venezuela se ha devuelto contra Maduro y la oposición panameña, dado que las gentes hacen las inevitables comparaciones entre la democracia del Istmo y el socialismo del siglo XXI, que ha conducido a uno de los países más ricos del planeta a la miseria. Mientras en Panamá subsiste libertad para ingreso de capitales, se respeta la propiedad privada, se consagra la democracia y el respeto por las minorías, todo lo cual ha contribuido a que el país viva en la abundancia, en la rica Venezuela se derrumban las instituciones, el sistema colapsa y la ruina ronda por todas partes.