Una vez más se conocen denuncias de turistas colombianos que, según sus testimonios, fueron maltratados en su intento de arribar a México, pese a tener todos sus documentos migratorios en regla.
Lo más grave es que no se trata de una situación nueva. Por el contrario, desde el año pasado empezaron a aumentar las quejas de los turistas de nuestro país en torno a inadmisiones por parte de las autoridades mexicanas, detenciones por largas horas en los aeropuertos, restricciones para poder comunicarse con sus familiares e incluso interrogatorios agresivos y tratos violatorios de los derechos humanos.
Nadie desconoce el derecho legítimo y soberano que le asiste al Estado mexicano para admitir o rechazar la entrada de extranjeros a su país. Tampoco se puede desconocer que así como unos viajeros van con todos sus documentos en regla, otros no. Por igual no faltan los que buscan quedarse en México de manera ilegal, procuran pasar a Estados Unidos o incurrir en actividades ilícitas. La prevención, entonces, no es gratuita.
Sin embargo, hay tratados internacionales y binacionales que establecen unas reglas mínimas en la materia. De hecho, se supone que desde el año pasado los gobiernos Petro y López Obrador analizaron toda esta situación y acordaron una serie de correctivos para que no se volvieran a presentar este tipo de situaciones. Sin embargo, al tenor de lo denunciado este fin de semana los resultados de esas medidas no han sido suficientes.
Paradójicamente antes de la temporada de Semana Santa, la Cancillería colombiana había reiterado una serie de consejos para el proceso de migración e ingreso a México. Uno de los requisitos obligatorios más importantes es el diligenciamiento del formulario de pre-registro electrónico, disponible en la página web del Instituto Nacional de Migración de México.
Es un documento clave en la medida en que debe diligenciarse con suficiente tiempo de antelación e incluso cuando finaliza dicho proceso, la plataforma genera un código QR y una Forma Migratoria Múltiple. Estos documentos deben imprimirse y presentarse a los agentes de migración de los aeropuertos internacionales de México y siempre deben estar en poder de los viajeros.
Más allá de estas recomendaciones mínimas y otras relacionadas con la necesidad de verificar ante las autoridades la información sobre alojamiento, solvencia económica, planes de viaje, reservas y documentación laboral si es el caso, lo cierto es que la Cancillería colombiana debería aumentar el apoyo consular y de la embajada a nuestros nacionales, especialmente si llegan a ser inadmitidos, que en el proceso en donde más quejas se presentan.