* Buscar a los no vacunados así sea casa por casa
* Urgente retomar los protocolos de bioseguridad
La curva epidemiológica del covid-19 en Colombia sigue apuntando hacia abajo. Se completan dos meses desde que el volumen de contagios y decesos comenzó una caída sostenida. De hecho, en las últimas semanas los casos nuevos de infecciones están por debajo de los dos mil y los fallecimientos se mantienen en un promedio de cuarenta o un poco menos al día. A ello se suma que el porcentaje de ocupación de las camas en las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) sigue bajando de forma gradual y prácticamente en ninguna ciudad o municipio supera el 50%.
Sin embargo, el Ministerio de Salud ha sido enfático en torno a que la posibilidad de un cuarto pico de la pandemia no está descartado. Incluso los modelos de proyecciones sobre la evolución del virus y sus variantes dominantes señalan que este nuevo repunte se podría dar hacia finales de octubre y comienzos de noviembre. Como ocurrió con los tres puntos críticos anteriores, resulta difícil diagnosticar cuál será el índice de morbilidad y mortalidad, pero se confía en que en esta ocasión los infectados, hospitalizados y víctimas mortales sean menores debido a los avances en la vacunación en los últimos tres meses. Las estadísticas al respecto señalan que en el país ya se aplicaron más de 41,8 millones de biológicos y hay no menos de 17,6 millones de colombianos con sus esquemas de inmunización completos.
Así las cosas, la prioridad en estos momentos no es otra que acelerar las campañas de vacunación de personas desde los 12 años en adelante. Pese al bache que se presentó en el suministro de biológicos al comienzo del mes pasado, en estos momentos el país cuenta con suficientes reservas para agilizar la administración de los mismos, ya sea para primera o segunda dosis. Incluso para las personas mayores de 70 años ya se avanza en aplicarles una dosis de refuerzo, acorde con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, hay mucho camino por delante para poder cumplir la meta que Colombia se puso en torno a llegar a diciembre con el 70% de la población vacunada. De un lado, hay alrededor de dos millones de personas que, pese a tener derecho a ser inmunizados hace varios meses, de forma inexplicable no han querido cumplir con este deber vital. Aunque las autoridades sanitarias han multiplicado los llamados para que ese alto número de colombianos se acerque a los miles de puntos de vacunación activos, el grado de incumplimiento es muy alto todavía.
La situación ha llegado al extremo que los organismos de salud a nivel departamental y municipal han salido a buscar calle por calle, casa por casa e incluso en el transporte público y otros espacios de circulación masiva a quienes todavía no se han inmunizado. Dada la coyuntura, esa estrategia de búsqueda activa y pormenorizada debe redoblarse en las próximas semanas. No es momento de seguir enredados en debates sobre la obligatoriedad o no de vacunarse o de si debe exigirse un pasaporte sanitario. Esa discusión no avanzó a nada concreto y lo prioritario aquí y ahora es encontrar en donde sea a la población que falta por proteger del virus.
Otra de las alertas tempranas que están prendidas desde hace varias semanas tiene que ver con un peligroso y visible relajamiento de las medidas de bioseguridad entre la ciudadanía. Salvo el requisito del uso del tapabocas en espacios públicos abiertos o cerrados, los colombianos han descuidado normas básicas como el distanciamiento social, evitar las aglomeraciones o el lavado de manos permanente. Es más, como lo advertimos en estas páginas el mes pasado, cada vez son más las personas que inexplicablemente hablan de la pandemia en tiempo pasado, casi que dando por sentado que lo peor de la crisis sanitaria pasó y que como ya están vacunadas el riesgo de contagio o muerte desapareció totalmente.
Dado todo lo anterior, es imperativo reiterar el llamado de las autoridades del orden nacional, regional y local para que todos los colombianos retomen de manera urgente el seguimiento de los protocolos de bioseguridad. Un llamado que se extienda también al comercio, la industria, el turismo, el transporte público masivo y, las actividades de diversión y ocio, entre muchas otras, para que vuelvan a hacer exigibles las medidas de precaución, más ahora que comienza la semana de receso estudiantil y comienzan a multiplicarse las festividades propias de la cercanía del fin de año.
No basta con confiar en que el cuarto pico no se presente o que si llega a existir algún repunte, éste sea leve en contagios y, sobre todo, en pérdida de vidas. Esas dos circunstancias dependen de acelerar la vacunación y retomar el autocuidado. Tareas que están en manos de todos y cada uno de los colombianos.