Como lo habían hecho otras entidades privadas, la calificadora S&P Global Ratings revisó al alza su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2021, y lo pasó de 7% a 8%, mientras que para 2022 espera una cifra de 3%.
De acuerdo con la firma, las economías en América Latina se desempeñaron mejor de lo esperado durante el segundo trimestre, siendo los sectores de servicios los más resilientes a la variante delta del covid-19.
S&P explicó, respecto a Colombia, que su pronóstico de crecimiento tiene en cuenta que, a pesar del impacto del paro nacional en el segundo trimestre del año, la economía se recuperó rápidamente.
Señaló la entidad que el consumo ha sido una de las variables con el mejor comportamiento. De acuerdo con la firma, ahora está 4,5% por encima de los niveles que se registraban antes de la pandemia de covid-19, gracias a las medidas de estímulo.
No obstante, se resaltó que las exportaciones aún tienen un largo camino hacia la recuperación, pero se espera que tenga un mejor desempeño a medida que continúe la reapertura de los servicios relacionados con los viajes y aquellos que dependen de la energía.
Para 2022, se espera que la economía crezca 3%. No obstante, la normalización de la política monetaria, por parte del Banco de la República, ralentizaría el consumo el próximo año, lo cual, según la firma, sería el principal impulsor de la desaceleración del crecimiento del PIB.
Inflación
Respecto a otros indicadores, la calificadora prevé que el IPC cierre este año en 5,5%, una cifra que está por encima del rango meta del Banco de la República, mientras que el dato sería de 3,5% al finalizar 2022.
Con ese panorama, y teniendo en cuenta que ya el Banco de la República comenzó el proceso de normalización de la política monetaria, la firma prevé que la tasa de intervención cierre este año en 2,75%, en 3,75% en 2022 y en 4,25% en 2023. En cuanto a la tasa de cambio, S&P proyecta que sea de $3.725 al finalizar 2021, de $3.750 en 2022 y de $3.800 en 2023.
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Esta decisión de S&P se suma la tomada la semana pasada por Moody’s, que resolvió mantener la calificación de la deuda a largo plazo. La calificadora decidió dejarle al país su nota en Baa2, y cambió a estable desde negativa la perspectiva de la calificación.
Dentro de los elementos que destacó Moody’s está el hecho de que si bien el país ha tenido que enfrentar tensiones sociales y desafíos de la pandemia, el Gobierno aprobó una serie de “medidas fiscales que respaldarán la estabilización de la deuda en los próximos años, manteniendo métricas crediticias de Colombia en línea con las de sus pares calificados en Baa2”.
Más ingresos
Moody's también manifestó en su reporte, que espera que el aumento de los ingresos generados por esta reforma conduzca a reducción del déficit y contribuya a estabilizar los niveles de deuda pública para 2022 o 2023. Igualmente, destacó que las autoridades fortalecieron el marco de política fiscal, con cambios en la regla fiscal.
En el caso de Fitch, y a pesar de que la firma redujo su nota hace tres meses, algunas señales muestran una mejor visión de parte de la calificadora. Richard Francis, líder de la calificación de Colombia para la entidad, fue enfático en que el esfuerzo de reforma tributaria solo será suficiente para estabilizar el nivel de deuda a partir de 2023, pero también indicó a este medio que hay varias perspectivas favorables para el país gracias a la reforma.
“La buena noticia es que creemos que la reforma es suficiente para ayudar a estabilizar la carga de la deuda en alrededor del 63% del PIB. También vemos la regla fiscal actualizada de manera positiva, con un límite de deuda neta del 70% del PIB y un ancla de deuda del 55% del PIB”, dijo.
Además, otra buena noticia está en que el pronóstico de crecimiento, que originalmente estaba en 6,3%, fue elevado a 7,9%.