LA COYUNTURA de menos tasas de interés y una baja en la inflación, no ha sido motivo suficiente para que los colombianos salgan a comprar con rapidez. Así lo deja entrever el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de Fedesarrollo para febrero, que disminuyó apenas en 1,5 puntos porcentuales frente a enero de 2024 (-7,9%), alcanzando un balance de -9,4%.
Señala el informe, que, en el mes analizado, la confianza del consumidor disminuyó en dos de las cinco ciudades analizadas, y en todos los niveles socioeconómicos. La disposición a comprar vivienda, vehículo y bienes muebles y electrodomésticos disminuyó con respecto al mes anterior.
La confianza es clave en cualquier economía, ya que determina la disposición de los consumidores a gastar su ingreso en bienes como la vivienda, electrodomésticos y vehículos, entre otros.
De hecho, el consumo tiene un peso entre el 60% y el 70% en cualquier economía y, en medio del desplome de la inversión privada del 25%, desempeñó un papel clave para apalancar el crecimiento de 0,6% en 2023.
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) está conformado por cinco componentes, tres corresponden a las expectativas de los hogares a un año y conforman el Índice de Expectativas del Consumidor (IEC), mientras que los dos restantes reflejan la percepción acerca de la situación económica actual, y conforman el Índice de Condiciones Económicas (ICE).
La economía
Con relación a enero de 2024, la disminución en el ICC se explicó por una caída en el Índice de Condiciones Económicas (4,3%), lo cual fue parcialmente compensado por un incremento en el Índice de Expectativas del Consumidor (0,3%).
Al comparar los resultados de lo corrido del primer trimestre de 2024 con los del cuarto trimestre de 2023, se observa un incremento de 8,7% en el ICC. Asimismo, la valoración de los consumidores sobre la situación de su país y de sus hogares se incrementó en 11,1% y 8,2%, respectivamente. Además, la disposición de los consumidores a comprar bienes durables se ubicó en -28,1%, lo que representa un incremento de 5,3% frente al balance registrado en el cuarto trimestre de 2023.
Señala el informe al analizar el resultado por ciudades, que el ICC disminuyó en dos de las cinco capitales analizadas respecto al mes de enero de 2024.
En comparación con el mes anterior, se registraron las siguientes variaciones en el ICC: 16,8% en Medellín, 4,0% en Barranquilla, 3,1% en Cali, -6,3% en Bucaramanga y -8,4% en Bogotá.
Referente al nivel socioeconómico, la confianza de los consumidores disminuyó en todos los niveles respecto al primer mes del año.
En febrero de 2024, se registró una disminución de 8,8%, 1,5% y 1,1% en el estrato alto, medio y bajo, respectivamente, en comparación con el mes anterior.
La vivienda
En lo referente a la compra de vivienda, la encuesta revela que la disposición disminuyó 3,3% frente al mes anterior. Por ciudades, este indicador disminuyó en tres de las cinco ciudades analizadas relativo a enero de 2024, situándose en -43,5%. Se observa una disminución en las ciudades de Barranquilla (-17,9%), Cali (-15,0%) y Bogotá (-4,0%), en contraste con el incremento observado en Medellín (11,6%) y Bucaramanga (12,1%).
Asimismo, frente al mes anterior, la disposición a comprar vivienda disminuyó en dos de los tres niveles socioeconómicos. Al analizar esta condición, se observa que en febrero de 2024 la disposición a comprar unidades residenciales cayó 6,5% y 2,8% en los niveles socioeconómicos medio y bajo, respectivamente. Por su parte, se observa un incremento de 20,3% en el nivel socioeconómico alto.
Bienes durables
Respecto a las adquisiciones de los bienes durables, la encuesta señala que la disposición a comprar bienes muebles y electrodomésticos disminuyó 4,9% frente a enero de 2024. Por ciudades, este indicador disminuyó en cuatro de las cinco ciudades analizadas frente a lo observado el mes anterior. En febrero, el porcentaje de respuestas positivas respecto a si es un buen o mal momento para comprar bienes como muebles y electrodomésticos registró un balance de -30,5%, lo que representa una disminución de 4,9% en comparación con el mes anterior (-25,6%).
Al analizarlo por ciudades, se observó una disminución en la disposición a comprar bienes durables de 27,7% en Barranquilla, 6,9% en Bogotá, 1,9% en Cali y 0,1 en Bucaramanga. Por su parte, se observó un incremento de 7,1% en Medellín.
En lo referente a la compra de vehículos, la disposición en febrero registró un balance de -51,3%, lo que representa una disminución de 1,9% respecto al mes anterior (-49,4%).
Costo de vida
Por otra parte, un estudio de consumo de la consultora Bain & Company, dice que el 41% de los colombianos espera que la situación en el país mejore a mediano plazo.
En el más reciente estudio de consumo “Consumer Pulse Latam”, reveló que en Colombia y la región, el alto costo de vida continúa siendo la mayor preocupación de los consumidores. Esto a pesar del descenso constante en la inflación que se ha presentado en los últimos meses y que la ubican en 7,74%, según el DANE.
El informe revela que los compradores siguen siendo precavidos con sus gastos y finanzas, caso contrario a lo que pasa en regiones como Europa y Estados Unidos donde el consumo ha vuelto a cifras pre-pandémicas.
El estudio señala que el 88% de los colombianos ha experimentado cambios en su comportamiento de consumo, reduciendo significativamente sus gastos, sobre todo aquellos con ingresos bajos y medios. Sin embargo, estos se mantienen optimistas frente a un cambio de situación macroeconómica que les permita volver a expandir su nivel de consumo. Con esto, el 41% de los encuestados prevé que en el mediano plazo (cinco años), la situación del país mejore.
Efecto global
Para Catalina Fajardo, socia de Bain & Company en Colombia, “el estudio evidencia que la caída en el consumo no es un fenómeno que sólo se produzca en Colombia, sino que otros países de la región experimentan el mismo comportamiento. Por ejemplo, en Chile los compradores tienen la misma perspectiva, mientras que en México el consumo se ha visto más reducido respecto al resto de Latinoamérica. Con esta limitación en el consumo, los compradores han redefinido sus preferencias para gestionar su presupuesto limitado y poder maximizar su bienestar”.
Además, el comportamiento de consumo incide en factores personales como la salud. En este sentido, el estudio encontró que las preocupaciones económicas son el principal factor que incide en la salud mental de los encuestados, con un 56%, afectando principalmente a quienes perciben rentas bajas y medias, y quienes tienen una mayor cantidad de pensamientos negativos frente a la población de renta alta.
Los hábitos de consumo
La diferencia en comportamiento entre consumidores de renta alta y baja es evidente. El contraste en hábitos de consumo, preferencias de viaje y satisfacción laboral refleja dos realidades distintas en la sociedad: quienes perciben una renta baja están enfocados en mantener una estabilidad económica y laboral para la compra de bienes, mientras que los encuestados de renta alta buscan mantener su estabilidad para realizar actividades como viajes y mejorar su calidad de vida.
Para Bain, a medida que la sociedad se adapta a las condiciones cambiantes, es evidente que el consumo y las preferencias se están redefiniendo para garantizar la estabilidad financiera y maximizar el bienestar individual. Con estas tendencias en mente, es posible vislumbrar un futuro donde la resiliencia y la adaptabilidad sean los pilares que impulsen el crecimiento y la prosperidad de Colombia.