"Muchos hogares no tienen para comprar alimentos": Andrés Valencia | El Nuevo Siglo
El exministro de Agricultura Andrés Valencia critica el desarrollo de la reforma agraria del Gobierno con la entrega de tierras y su productividad. / Cortesía AV
Viernes, 12 de Abril de 2024
Gustavo Veloza

Aunque en el panorama el crecimiento del producto interno bruto agropecuario ha mejorado, este hecho no se debe a que el país esté elevando significativamente la producción de alimentos, sino a un mejor comportamiento de los productos tradicionales de exportación, como el banano, el café, la palma de aceite y el arroz, que este año tienen mejor precio en los mercados internacionales.

Esta percepción del exministro de Agricultura Andrés Valencia tiene que ver también en que, contrario a los anuncios del Gobierno de que más tierras entregadas a los campesinos están produciendo más por la reforma agraria que impulsa, eso no es cierto, porque todavía los predios agrícolas no tienen la asistencia en insumos o créditos para elevar esa productividad.

Para el exministro, es claro que hoy Colombia no tiene problemas en la seguridad alimentaria, sino que “muchos hogares no tienen el dinero para comprar los alimentos”.

EL NUEVO SIGLO: ¿Hay seguridad alimentaria en Colombia?

ANDRÉS VALENCIA: Aquí no hay problema de seguridad alimentaria desde el punto de vista de que Colombia no está en capacidad de producir suficientes alimentos para su población. Hay un problema vinculado a la seguridad alimentaria desde el punto de vista del ingreso. Muchos hogares no tienen el dinero suficiente para comprar los alimentos y eso hace que los datos del número de hogares que consumen las tres comidas al día no son el 100 %, sino menos, de pronto el 66 %. Entonces, esa seguridad alimentaria desde el punto de vista de la pobreza extrema o la pobreza monetaria sí se ve afectada por cuenta del ingreso. La falta de ingreso disponible para comprar alimentos ha limitado el número de comidas al día que pudieran tener los hogares, particularmente lo más pobres.

Reforma agraria

ENS: ¿Cómo ve actualmente el desarrollo de la reforma agraria que viene adelantando el Gobierno?

AV: Veo que hay bastantes anuncios, que cada semana hay entrega de títulos de tierras. Pero se debe verificar si efectivamente esos son títulos de tierras que corresponden a gestiones de este gobierno y no a unos títulos que ya se habían gestionado, pero que no se habían entregado y no se habían hecho sus trámites ante las autoridades de registro y de catastro. Sin duda, el Gobierno debe aterrizar su gestión en la entrega de tierras, ya que se han presentado disputas entre el director de la Agencia Nacional de Tierras, Gerardo Vega, y la actual ministra de Agricultura por las cifras.

Las tierras

ENS: ¿La meta que tenía el Gobierno de entregar 1'500.000 hectáreas en cuatro años se va a cumplir?

AV: Hay que acordarse de que cuando el Gobierno arrancó se hizo un espectáculo mediático de un acuerdo firmado con Fedegán, según el cual se iban a comprar 3 millones de hectáreas. Por ese entonces, la ministra de Agricultura, Cecilia López, fue muy prudente y como siempre muy aterrizada y dijo que no creía en esa cifra de los 3 millones de hectáreas. Ella afirmó que se lograrían 500 mil hectáreas y el director anterior de Planeación ayudó a aterrizar esas cifras y luego con el plan estratégico del Plan de Desarrollo señaló de que iban a ser 450 mil hectáreas. Cuando entró la actual ministra de Agricultura, se volvió a hablar de los 3 millones.

ENS: ¿A quiénes les están entregando esas tierras?

AV: Viendo el contador del Minagricultura, dice que han hecho 1´100.000 hectáreas en la gestión de tierras, y dice que hay 800.000 hectáreas formalizadas con los títulos. Pero, ojo a este dato: 500.000 de las 800.000 hectáreas que se formalizaron corresponden a resguardos indígenas, entonces al campesino como tal, al que realmente necesita la tierra para trabajarla, no le han entregado tanto. Acuérdese de que los indígenas siempre están pidiendo tierra, pero nunca la explotan, nunca la cultivan, ellos quieren atesorar la tierra, pero no vivir de ella; entonces a los indígenas les han legalizado 572.000 hectáreas y a los campesinos 186.000. El punto de fondo es cuánto de esto se está entregando a los campesinos o comunidades sujetos de reforma agraria o eventualmente a población que estaba ocupando tierras y estén formalizadas. Yo no creo que hayan comprado más de 5.000 hectáreas o más de 10.000 hectáreas y el Ministerio habla de 157.000. Es decir, sería solo el 5 % del acuerdo de los 3 millones.

Capital político

ENS: Más allá de la cuestión de las tierras, ¿existe una reforma agraria?

AV: Digamos que hay una reforma agraria en el sentido de que el Gobierno ha metido todo su capital político para que los campesinos sin tierra la tengan, vuelvan a ser propietarios, que haya una propiedad rural campesina efectivamente implementada. Pero hay un elemento adicional: usted tiene la tierra, usted la entrega, pero ¿cómo la ponen a producir?; ya otorgaron los créditos, los subsidios para insumos, ya gestionaron la maquinaria, ¿cómo van a comercializar lo que produzca esa tierra? Casi seguro que la respuesta en la mayoría de los casos es que no hay nada. Es fácil deducirlo con un simple vistazo a las ejecuciones de las entidades del Ministerio que están encargadas de la reforma agraria, que son la Agencia Nacional de Tierras, la Agencia de Desarrollo Rural y el propio Ministerio de Agricultura. En promedio la ejecución de las entidades vinculadas al Ministerio de Agricultura en lo corrido de este año va en 4 %, con el presupuesto más alto en la historia que recibió un Ministerio de Agricultura en mucho tiempo. Claramente la reforma agraria avanza en forma lenta. En los crecimientos que estamos viendo en el sector agropecuario en nada cuenta la reforma agraria, así que no nos echen carreta. Hay unos crecimientos vinculados a los sectores que siempre han estado gestionando la producción agropecuaria, pero no es por cuenta de esas 157.000 hectáreas o de las 800.000 hectáreas tituladas.

ENS: Según sus cuentas, ¿cuánto podría crecer este año el PIB agropecuario?

AV: La producción de palma en estos primeros meses no ha crecido mucho, pero la de café si se ha venido recuperando, hay que esperar cómo cierra abril. Y falta ver qué pasa con las siembras de arroz, pero no creo que el precio vaya a subir mucho. Otro producto que está vinculado a las exportaciones es el banano y se está recuperando mucho después de un pésimo 2023. Colombia dejó de exportar más de US$100 millones el año pasado, es decir, 10 millones de cajas, y obviamente este año se está recuperando la productividad y el banano está volviendo a sus niveles históricos. Entonces hay señales para decir que de pronto el PIB agropecuario puede aumentar 3 %, pero eso depende mucho de lo que pase con el banano, con el café, con el arroz y la producción de proteínas, pollo, huevo y cerdo.

 

RECUADRO

Freno a inversión con proyecto de ley

ENS: ¿Cree que hoy el sector agropecuario está generando más oportunidades para los inversionistas, pese a la incertidumbre política y económica?

AV: Esa situación no solamente la ven los inversionistas extranjeros, sino también los nacionales con el sector agropecuario. Si, además, se tiene un proyecto de ley contra la inversión extranjera en el Congreso en el que se prohíbe cualquier tipo de tenencia de tierra a los extranjeros en Colombia, entonces ¿usted cómo quiere promover una potencia de la vida? Ojalá ese proyecto se hunda. ¿Cómo quiere usted promover un país con tanta guerra, al mismo tiempo con tanta conflictividad alrededor de la tierra, cómo lo quiere convertir usted en una potencia mundial de producción de alimentos si usted está cortándole las alas a la posibilidad de que haya inversión en el sector agropecuario para que en 50.000 hectáreas podamos producir 350.000 o 400.000 toneladas de maíz?

Entonces usted con eso está no solamente renunciando la inversión extranjera, sino a toda la innovación, a toda la productividad que puede traer detrás un inversionista extranjero, que está más que ducho en todos los temas de sembrar grandes extensiones de tierra, como en Brasil, en Argentina o en otros países del mundo como los Estados Unidos. Entonces ahí obviamente no solo está la incertidumbre económica por las reformas, sino también la incertidumbre económica específica para el sector agropecuario.