El déficit de cuenta corriente alcanzó el 4,9% del PIB en el tercer trimestre de 2019. La cifra fue consistente con la dinámica esperada de un importante deterioro del desbalance del país frente al resto del mundo.
Según los expertos, “el principal impulsor de la apertura del déficit corriente fue el rubro de bienes y servicios, en donde se conocía que el desbalance comercial de bienes -en particular- había crecido un 118% frente a su lectura del tercer trimestre del 2018. La principal consecuencia de esta dinámica es la mayor vulnerabilidad externa para el país”.
Mientras los demás rubros de la cuenta corriente corrigieron, el déficit en el intercambio de bienes se amplió hasta 3,4% del PIB. Al comparar con el mismo periodo de 2018, el de bienes fue el único rubro en el que el valor de desbalance creció, mientras que mejoró el flujo de rentas factoriales y transferencias corrientes, tal que limitó el impacto agregado.
Vale la pena resaltar que en el rubro de bienes la dinámica fue resultado de una contracción importante de las exportaciones de bienes, por la debilidad de los precios internacionales de las materias primas, mientras la compra de productos foráneos continúa creciendo con relativa solidez
A pesar de que crece la salida de transferencias corrientes, la entrada de remesas avanza a un paso mucho más significativo.
Las remesas
“Como lo hemos mencionado en algunos análisis recientes, el ingreso de remesas al país viene avanzando a un ritmo tan sólido, que en él encontramos un financiador tanto de la fortaleza del consumo, como de las tendencias del último par de años en el mercado laboral. Además, este rubro se ve afectado en forma similar a las rentas factoriales por la devaluación de la tasa de cambio. En adelante, creemos que esta dinámica se mantendrá por algunos trimestres más”, señalan los investigadores.
De otro lado, la inversión directa aún es la principal financiadora, pero cedió mucho terreno. Mientras en el tercer trimestre de 2018 este rubro fue equivalente al 77% del déficit corriente total y en el primer semestre de 2019 lo financió prácticamente en su totalidad, en esta ocasión solo fue capaz de cubrir el 52%. No obstante, esta cifra no es del todo negativa, en la medida que la menor inversión directa neta es resultado de un importante crecimiento (300%) en la adquisición neta de activos, que implica un mayor flujo de inversiones de empresas locales en el exterior y puede facilitar una corrección futura del desbalance en el rubro de renta factorial.
Ingresos
Entre tanto, el ingreso neto de capitales desde el exterior (la formación de pasivos), creció también, pero a un ritmo mucho menor (19%).
Señalan los analistas de la entidad privada que “creemos que la nueva cifra presiona ligeramente al alza nuestra previsión vigente de déficit de cuenta corriente para el año completo 2019 (4,4% del PIB). No obstante, las presiones no son tan significativas, en la medida en que la revisión a la baja de las cifras de los dos primeros trimestres del año liberó parte de nuestro panorama previo”.
Indican que el Banco de la República revisó a la baja el déficit de los dos trimestres previos. En comparación a las cifras publicadas en septiembre pasado, el déficit del segundo trimestre de este año pasó del 4,2% del PIB al 3,7% y el del primer trimestre pasó del 4,6% al 4,5%. Con estas nuevas cifras, la lectura del tercer cuarto del año es menos preocupante de lo esperado, ya que el desbalance acumulado año corrido se ubicó en 4,4%, en lugar del 4,6% con los resultados previamente publicados. La principal corrección fue en el rubro de bienes y servicios, donde el déficit comercial total de 2019 fue 0,3% del PIB menor a lo inicialmente previsto.