El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, aseguró que el país ha logrado superar la crisis que siguió al golpe de Estado de 2009, pero aún enfrenta grandes retos como un elevado déficit fiscal, la amenaza de la violencia y la desigualdad social.

La afirmación la hizo el mandatario al presentar el informe de su tercer año de gobierno, que se cumple el lunes.

Lobo recordó que al asumir la presidencia el 27 de enero de 2010, el país atravesaba "una crisis política, económica y social, con diferentes sectores enfrentados y las relaciones interrumpidas con todos los países del mundo".

El golpe de Estado propinado al ex presidente Manuel Zelaya por sectores empresariales y militares, el 28 de junio de 2009, exacerbó las divisiones internas y provocó una generalizada censura internacional.

"Estar fuera (de la comunidad internacional) significaba no tener créditos y eso nos tocó en medio de la crisis mundial y con un crecimiento (económico) de menos 2%", señaló el mandatario.

Lobo resaltó que en sus tres años de gobierno logró la reincorporación de Honduras a la Organización de Estados Americanos (OEA), de la que había sido expulsada a raíz del golpe, y restablecer los contactos con los organismos financieros internacionales y los cooperantes.

Destacó también la incorporación del país a la recién creada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

"Vamos avanzando, el crecimiento económico (en el 2012) fue del 3,3%, lo que en el entorno (regional) no es malo (...) y la inflación se mantuvo baja, 5,4%", apuntó.

Sin embargo, reconoció que uno de los problemas económicos más difíciles que enfrenta el país es el déficit fiscal, que en el 2012 llegó a un 6% del Producto Interno Bruto (PIB).

Lobo dijo que uno de los mayores problemas que le ha tocado enfrentar es la ola de delincuencia del narcotráfico, determinada por la posición geográfica que ocupa el país, "en medio del país que produce y el país que consume"./AFP