En su quinto año consecutivo de recesión, la economía griega se contrajo 6,2% en el segundo trimestre en comparación con el mismo periodo de 2011, según las primeras estimaciones oficiales divulgadas ayer por la autoridad de estadísticas helena.
La contracción en el primer trimestre había sido de 6,5%. El Banco de Grecia prevé que el PIB se contraiga 4,5% este año, después de haberse derrumbado 6,9% en 2011.
En su último informe sobre Grecia, la Comisión Europea considera que solamente en 2014 el país volverá a tener crecimiento.
El nuevo gobierno del conservador Antonis Samaras, apoyado por los socialistas y la izquierda moderada, ha hecho del regreso al crecimiento su prioridad, en un contexto de elevado desempleo (23,1% en mayo).
Pero la recuperación de una economía muy dependiente del consumo interno está de momento lastrada por las duras medidas de rigor presupuestario impuestas al país a cambio de dos multimillonarios rescates financieros internacionales.
En septiembre, el Gobierno debe presentar a los representantes de sus acreedores institucionales (UE, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) un nuevo paquete de ahorro de 11.500 millones de euros para los años 2013 y 2014, que se prevé incluya recortes de salarios públicos y de pensiones.
Estos nuevos recortes, muy impopulares, son una condición para que Atenas reciba próximamente un tramo de más de 31.000 millones de euros como parte del segundo plan de rescate del país, de un total de 130.000 millones, acordado el año pasado por la UE y el FMI.
Este lunes, uno de los mandos del partido conservador de la canciller alemana Ángela Merkel, Michael Fuchs, dijo al diario Handelsblatt que Berlín está dispuesto a vetar la ayuda a Atenas si ésta no acomete las medidas de rigor que condicionan el paquete de asistencia.