La fechafijada es el 25 de febrero. El Movimiento por la Defensa y la Dignidad Cafetera tras numerosas asambleas de agricultores convocó la protesta reivindicando su derecho a devengar un precio fijo y estable para la carga de café.
El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, afirmó que “nosotros respetamos el derecho a la marcha social organizada, pero no es al remolque de paros ni de cierres de carreteras como el Gobierno ha tomado y va a seguir tomando las medidas. Las ha tomado y las va a seguir tomando en función de sus disponibilidades fiscales en favor de los sectores que más las necesitan y de las urgencias del país dentro de un enfoque general de política pública”.
Restrepo agregó que “el Ministerio viene haciendo un esfuerzo gigantesco, prácticamente de multiplicación bíblica de los panes, para distribuir con equidad los recursos a donde más se necesitan. Y lo vamos a seguir haciendo así”.
Para el senador Carlos Alberto Baena, presidente del Movimiento Independiente de Renovación Absoluta (MIRA), “vender café se ha vuelto un negocio rentable en cualquier parte del mundo, menos en Colombia. Nuestro país importa la mayoría del producto que se consume internamente, lo cual es muestra de que no se ha adoptado un plan estratégico con visión empresarial. Es necesaria una modernización urgente de la Federación Colombiana de Cafeteros”, afirmó Baena.
El vicepresidente del Comité de Cafeteros de Caldas, Eugenio Vélez, aseguró que aunque las personas tienen el derecho a la libre expresión, es evidente que son más delicadas las vías de hecho, sumado a que este tipo de marchas, con un trasfondo político, generalmente no dan resultados; en respuesta Óscar Gutiérrez, coordinador nacional de Dignidad Cafetera y exdiputado por el Polo Democrático, precisó que "hay muchos sectores que sin ser cafeteros están afectados por esta crisis, incluyendo el comercio, y hasta la ponchera de las iglesias en los pueblos".