Volkswagen aceptó declararse culpable de fraude y pagar multas adicionales por un total de 4.300 millones de dólares en Estados Unidos para cerrar los procesos penales relacionados con los motores diésel manipulados, anunció el miércoles el Departamento de Justicia.
Esta combinación de multas civiles y penales permitirá al gigante alemán evadir un juicio y se agrega a los 17.500 millones de dólares que ya se comprometió a desembolsar para cubrir los costos del escándalo que se destapó en septiembre de 2015 en Estados Unidos.
La suma total sobrepasa de lejos los 18.000 millones de dólares previstos por el grupo para cubrir esos gastos.
La empresa reconoció que participó en una "conspiración" para engañar a sus clientes y a las autoridades estadounidenses, pero también que hizo "obstrucción de la justicia" destruyendo documentos para disimular sus actuaciones, indicó el departamento en un comunicado.
"Los intentos de Volkswagen para eludir los reglamentos sobre las emisiones e importar autos injustamente homologados constituyen una violación flagrante de las leyes de nuestro país sobre el medio ambiente, la protección de los consumidores y las leyes financieras", señaló la ministra de Justicia estadounidense, Loretta Lynch.
Desenmascarado por las autoridades gracias a una ONG, el gigante de doce marcas (Audi, Volkswagen, Porsche...) tuvo que reconocer que equipó 11 millones de sus vehículos en el mundo, entre ellos 600.000 en Estados Unidos, con un programa que minimizaba el nivel real de las emisiones de gases contaminantes.
Acusaciones
Según los términos del acuerdo anunciado este miércoles, el grupo será puesto a prueba los próximos tres años, durante los cuales tendrá que someterse al control de un auditor independiente encargado de verificar que, efectivamente, sus prácticas han cambiado.
"Volkswagen lamenta profundamente el comportamiento que ha provocado la crisis del diésel", reaccionó el director del grupo, Matthias Müller, citado en un comunicado. "Continuaremos nuestros esfuerzos para cambiar nuestra manera de pensar y de trabajar".
El gigante de Wolfsburg (Alemania) se comprometió también a "cooperar plenamente" con las autoridades estadounidenses para demandar, si es necesario, a los trabajadores y directivos de Volkswagen implicados en el fraude.
Este miércoles las autoridades estadounidenses anunciaron la inculpación de cinco nuevos empleados y directivos de la empresa, todos residentes en Alemania, que acaban de agregarse a los anunciados el lunes y al de un ingeniero del grupo en septiembre, dijo el departamento.
"En lo que se refiere a otros individuos (...), las investigaciones siguen en curso", aseguró Lynch.
Este nuevo episodio de "dieselgate" tiene lugar en pleno salón del automóvil de Detroit (noreste), donde el gigante alemán lanzó una operación de reconquista del mercado estadounidense concentrándose en el auto eléctrico y desvelando nuevos modelos.
Los consumidores mundiales no parecen guardar ningún rencor hacia el grupo, y sus entregas aumentaron en 2016 un 3,8%, para alcanzar el nivel récord de 10,3 millones de vehículos, según resultados publicados el martes.