Tres meses y medio después de la anulación in extremis del Gran Premio de Australia, la temporada de Fórmula 1 afronta este fin de semana en Austria su primera carrera, con el coronavirus haciendo todavía sombra a la oportunidad para Lewis Hamilton de igualar a Michael Schumacher.
La categoría reina del deporte del automóvil, que festeja sus 70 años en 2020, se disputará a puerta cerrada, por primera vez, en el Red Bull Ring de Spielberg.
Si esa será la norma en las ocho carreras en Europa hasta septiembre, el director deportivo Ross Brawn espera el regreso de espectadores en las pruebas de fuera de Europa, cuyo calendario no se conoce todavía.
De aquí a final de temporada, a mediados de diciembre en Abu Dabi, el promotor del campeonato espera organizar entre 15 y 18 pruebas, lejos del número récord de 22, inicialmente programadas.
Para las escuderías, enfrentadas a un calendario más denso que lo habitual, con dos bloques de tres carreras en tres semanas para empezar, cualquier problema técnico será una pesadilla.
Mercedes y Hamilton, dominadores de los ensayos de pretemporada a finales de febrero, son favoritos. El constructor alemán ha ganado todos los campeonatos desde la llegada de los motores híbridos en 2014, mientras que el británico de 35 años ha añadido cinco al conquistado en 2008 con McLaren. Un séptimo le haría igualar al legendario Schumacher como pilotos con más títulos.
Las flechas de plata disponen además de un nuevo arma con el “DAS” (Dual Axis Steering), dispositivo ingenioso que permite a los pilotos modificar la geometría de las ruedas delanteras, empujando o tirando su volante, cuyo beneficio solo podrá ser evaluado en carrera.
Hasta ese momento, será el protocolo de lucha contra el nuevo coronavirus el que será escrutado. Sobre todo cuando estas últimas semanas los primeros eventos deportivos organizados desde el inicio de la pandemia no han sido ejemplares, comenzando por el Adria Tour del tenista Novak Djokovic, donde varios jugadores se vieron contaminados.
La F1, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y las escuderías sacaron lecciones del test positivo de un miembro de McLaren la víspera de lo que debía haber sido el gran premio inaugural de 2020 en Melbourne y se elaboró un código de conducta al que cada participante debe adherirse.
Además de la ausencia de público, se prevé un número reducido de personas en el lugar, controles sanitarios regulares o separación en grupos de los presentes para limitar los riesgos de contagio.
En el plano deportivo, además de Mercedes, los apostadores confían en el holandés Max Verstappen. Tras cinco temporadas en F1, y solo 22 años, el piloto de Red Bull está en constante progresión y ha ganado dos veces en Austria, donde se disputan los dos primeros grandes premios de esta campaña.
Ferrari, que no destacó en los ensayos de invierno, deberá afrontar una situación poco habitual, ya que la Scuderia y su piloto Sebastian Vettel saben que se separarán a final de año, dejando el liderato a su joven compañero monegasco Charles Leclerc, que encarna el futuro de la marca italiana.
Consecuencia de este divorcio, el español Carlos Sainz disputa una última temporada con McLaren, antes de pasar a Ferrari, igual que el australiano Daniel Ricciardo en Renault antes de integrarse en la escudería británica.
Detrás de los tres ‘top teams”, la lucha en medio de la tabla debe ser apretada entre al menos McLaren, Renault y Racing Point, cuyo monoplaza se inspira en las flechas de plata victoriosas la pasada temporada.
Algunas escuderías, como Mercedes o Renault, anuncian llegar a Austria con autos cargados de evoluciones con respecto a lo que estaba previsto en el inicio de la temporada en Australia.