Alejandro Munévar
Enviado especial EL NUEVO SIGLO
Tokio. Acá estamos una vez más en el Tokio International Forum Center, Colombia se juega la posibilidad de una segunda medalla, la disciplina: la halterofilia. No hay duda que las pesas tienen un papel relevante en la historia del deporte nacional, pues algunos de los momentos más importantes del país han sido gracias a este deporte.
En los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, María Isabel Urrutia, quien hasta comienzos de los 90 pretendía impulsar su carrera en el atletismo, le dio a Colombia su primera medalla de oro olímpica. Sí están leyendo bien, María Isabel Urrutia inició su carrera deportiva en el atletismo, luego de darse cuenta que el futuro no era precisamente promisorio allí aceptó ir a probar en la halterofilia con el mítico ‘Gancho’.
Después en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Mabel Mosquera le dio al país una nueva medalla de bronce, la disciplina: las pesas.
En 2008, en Beijing, Diego Fernando Salazar y Leidy Solís le dieron al país dos medallas de plata, de nuevo la disciplina: la halterofilia.
Para Londres 2012, Óscar Figueroa consiguió una plata, mientras que Ubaldina Valoyes se quedó con un bronce. Esta medalla fue entregada recién el año pasado, pues hubo un largo proceso por un caso de doping, pero de nuevo el deporte fue la halterofilia.
En Río de Janeiro 2016, Óscar Figueroa nuevamente figurando consiguió la medalla de oro en las pesas, la primera presea dorada para un hombre colombiano y Luis Javier Mosquera, por su parte, se quedó con un bronce.
¿Ya van entendiendo lo que les digo del levantamiento de pesas colombiano? Es el deporte que más medallas le ha dado al país en los olímpicos. Probablemente junto al patinaje es la disciplina que más recambio generacional tiene presupuestado.
Con esto en mente, no sería loco pensar en que sea el deporte que una vez más vuelva a darle a Colombia el mayor número de medallas en unas olimpiadas.
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Ahora bien, decir que las pesas son un deporte que se le da fácil a los colombianos es desestimar los esfuerzos de los pesistas. Lo cierto es que, si bien la morfología de lo colombianos es favorable para esta disciplina, se requiere que muchas variantes se den para que un nacional pueda ser un campeón del levantamiento de pesas. Muchas de esas variantes no tienen que ver con el talento o capacidad, sino con el dinero que a veces no termina de llegar para la preparación y fomento del deporte.
Mercedes Pérez estaba destinada por su federación a ganar una medalla en las olimpiadas de Tokio. No importaba el color, importaba que sumará, a fin de cuentas, para ella también era importante.
La colombiana de 35 años completó su tercer ciclo olímpico terminando en la quinta posición en la primera ronda tras el arranque, habiendo logrado 101 kilos. Para el envión ella tenía una marca de 135 lo que pudo ayudarle a lograr una mejor posición.
Pero no fue así. La historia de la que era una de las cartas fijas, en cuanto a medallas se refiere, se quedó en las ganas y las buenas intenciones.
No le alcanzó para medalla, se quedó con un diploma olímpico, cuarto lugar, el mismo que ocupó en Río de Janeiro 2016.
Mercedes perdió el último tren que tenía con destino a la gloria olímpica.