Brasil sufrió hasta los penales con México pero terminó vengando la final perdida contra el Tri en Londres-2012, al ganar 4-1 tras 0-0 en los 120 minutos de juego en Kashima, ayer, y ahora peleará por el oro con España, que superó en Saitama a Japón por 1-0 con un golazo de Marco Asensio, en la segunda semifinal del torneo masculino de fútbol de Tokio-2020.
La final inédita del sábado en Yokohama enfrenta a dos potencias con jugadores estelares que tratan bien la pelota y resulta un menú apasionante para los amantes del fútbol. Brasil defiende el título de Rio-2016, mientras que la Roja quiere reverdecer aquellos laureles logrados en Barcelona-1992.
Un día antes, el Tri Olímpico peleará por la medalla de bronce frente a Japón.
“Es muy especial poder participar en unos Juegos Olímpicos y poder llegar a la final. Es una gran felicidad para mí”, afirmó el capitán brasileño Dani Alves.
“Desde el primer momento nos fijamos el objetivo de buscar el oro, respetando siempre a los rivales y creo que estamos merecidamente en la final”, agregó el lateral derecho que busca su título número 43, aunque su primera medalla de oro.
Tras un partido intenso en el primer tiempo que fue cayendo de nivel en el segundo y sobró la prolongación por las escasas situaciones de gol, Brasil festejó la victoria gracias a una tapada de Santos desde los 12 pasos a Eduardo Aguirre y un remate desviado de Johan Vásquez, combinado con la eficacia de Dani Alves, Gabriel Martinelli, Bruno Guimaraes y Reinier al rematar.
Carlos Rodríguez fue el único mexicano que movió la red desde el punto penal.
“Trate de estar concentrado y ayudar a los compañeros para poder llegar a la final olímpica”, aseguró el portero brasileño Santos.
La cara opuesta de la moneda fue Ochoa. “Traté de atajar alguno, pero ellos eran buenos pateadores. Ahora queda una opción por pelear la medalla. Nos queda un partido más y vamos a pelearla hasta el final”, sostuvo el portero mexicano de 35 años.
“Brasil-México es un clásico mundial. Mis mayores respetos para los mexicanos”, comentó el técnico brasileño André Jardine, reconociendo la dificultad que le puso el Tri, que había amargado a los brasileños en el choque por el oro en Londres, con una victoria 2-1 ante Neymar y compañía, cuando la Auriverde buscaba enloquecida su primera presea dorada que recién obtuvo en casa cuatro años después.
Plata en 1984, 1988 y 2012, y bronce en 1996 y 2008, Brasil sigue a paso firme aunque sin brillar demasiado en su objetivo de convertirse en bicampeón olímpico, aunque necesitará mucho más de Richarlison en el juego decisivo para retener la corona.
En cuartos de final, Brasil se había sacado de encima al campeón africano Egipto (1-0), al tiempo que España necesitó ir a la prolongación para deshacerse de Costa de Marfil (5-2 tras 2-2, gracias a un triplete del ingresado Rafa Mir).
Anoche en Saitama, Mir fue titular, pero tuvo la pólvora mojada frente a un Japón que, liderado por la zurdita de Takefusa Kubo, le jugó de igual a igual al once de Luis de la Fuente y exigió físicamente al máximo a los españoles.
De hecho, el entrenador español dio minutos a todo su banquillo, buscando fuerzas y recursos. Uno de ellos fue el madridista Marco Asensio, quien a los 115 minutos, cuando el partido tenía pinta de definirse en los penales, clavó un zurdazo al segundo palo del portero Kosei Tani que colocó a la Rojita en la soñada final con Brasil.
“Sabíamos que iba a ser complicado contra una gran selección que está haciendo un gran campeonato. Debemos felicitar a Japón por el gran campeonato que está haciendo”, analizó el autor del gol al término del encuentro.
“Nosotros sabíamos la línea que teníamos que seguir y con paciencia, esfuerzo y trabajo tenía que llegar esa recompensa”, añadió Asensio.