Suegras malvadas, conflictos domésticos | El Nuevo Siglo
Martes, 24 de Septiembre de 2013

Desde el menú diario hasta la educación de los nietos son algunas de las intromisiones comunes de las suegras en la vida de sus hijos. La nueva serie de Investigation Discovery, Suegra Malvada, llega a la televisión a partir de hoy para revelar el alcance de las progenitoras más desquiciadas que amenazan y manipulan la vida de sus nueras.

La serie muestra el diario vivir de estos hogares, donde los hijos generalmente aseguran que las intromisiones de sus madres “son por el bien de la familia”, obligando a sus esposas a defender con uñas y dientes el derecho a conducir sus propias vidas maritales.  

Los ‘hijos de mami’ generalmente reciben un ultimátum: o se va la madrecita santa o firman los papeles del divorcio. Sin embargo, en algunos casos, la guerra territorial deviene en algo mucho más siniestro. Estos son algunos casos de las interminables batallas domésticas entre mujeres que se podrán ver todos los martes a las 8p.m.: 

 

No toda suegra es como parece 

Alexandra cree haber encontrado su alma gemela en Joe, su amoroso esposo. Ella incluso adora a su suegra Jelka, quien al principio parece ser buena persona. Sin embargo, Jelka se transforma en un monstruo invasivo, impertinente y dominante, y sus agresivas acciones interfieren con la felicidad de la pareja. Poco después de que Jelka casi mata a su hijo con un muy cuestionable remedio casero a base de hierbas, Álex toma la dolorosa decisión de abandonar a Joe y dejar atrás los abusos de su terrible suegra. Pero al hacerlo desata una cadena de acontecimientos que arruinan el resto de su vida.

 

El amor maternal también es ciego

Justin y Becki son novios desde la preparatoria y deciden iniciar una familia después de graduarse. Para ahorrar dinero se mudan a casa de Debra, la madre de Justin. Al poco tiempo Justin prefiere las botellas de alcohol a los biberones, perdiendo todo interés en los asuntos domésticos y en el bienestar de los suyos. Cegada por su devoción materna, Debra no le da importancia al cambio de conducta de su hijo e insiste en hacerse cargo de la crianza de su nieto, relegando a Becki el papel de sirvienta. La desafortunada joven es incapaz de ver la amenaza que se cierne sobre ella y no repara en los peligros inminentes que pueden costarle la vida.