Los colombianos David Manzur y Fernando Arias, la cubana Tania Bruguera, el australiano Mike Parr y el suizo Pierre Vhuber, las estrellas de la programación 

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Arte participativo, social y reflexivo. Esos serán los énfasis de la programación de este año del Museo de Arte Moderno de Bogotá (Mambo), que tendrá al performance como su protagonista principal. Ello a partir de temáticas como las huellas que dejó el conflicto armado en Colombia, la realidad del medio ambiente y la conceptualidad del cuerpo, entre otros temas.

Para conocer de forma más detallada la apuesta de este año, EL NUEVO SIGLO habló con la directora del Mambo, Claudia Hakim, quien, de paso, expresó su preocupación por la situación económica de este icónico escenario capitalino.

EL NUEVO SIGLO:- ¿Con qué nos sorprenderá este año el Museo?

CLAUDIA HAKIM:- A partir de marzo viene todo lo que es la parte expositiva encaminada a la exploración del arte como mecanismo social, cultural y político de transformación. Entonces, queremos ser un escenario donde se den discusiones en torno a lo que está sucediendo en el país, en Latinoamérica y en el mundo. Un escenario multidisciplinar en donde todas las voces, curadores, artistas, las comunidades, las minorías y todos tengan cabida y participación. Eso lo haremos a través de la fotografía, el videoarte y las instalaciones. Vamos a tener paralelo a ello una programación educativa y creo que seremos un museo muy inclusivo y accesible.

ENS:- ¿Quiénes serán los protagonistas de la programación?

CH:- Tenemos cuatro proyectos este año: David Manzur, cuya exposición este mes está terminando. Empezamos en marzo con un artista colombiano que se llama Fernando Arias y su exposición “Nada que cesa”, en la que va a trabajar con temas relacionados con el cuerpo, el género y la sexualidad. Entonces, será una concepción de creación y de las relaciones de poder, la violencia, el conflicto armado en Colombia y las dinámicas que han determinado la religión, la sociedad, la educación y el medio ambiente.

Después, casi que al tiempo, el Museo se dividirá en dos y vendrá un artista australiano que se llama Mike Parr, quien hará una retrospectiva en Latinoamérica de los performance, donde también se incluirán videoinstalaciones y multicanales. El performance estará trabajado en el Espacio Odeón.

En la tercera exposición haremos una alianza con el PAC de Milán, que es el museo de arte contemporáneo de esta ciudad, y traeremos a la artista cubana Tania Bruguera, con la exposición “Que se evite la verdad aunque el mundo perezca”, que reúne muchas obras representativas enfocadas en su “Artivismo”, un concepto desarrollado por ella en el 2015. Esta muestra estará también acompañada del performance y de instalaciones que están muy comprometidas socialmente. Sus obras cuestionan las estructuras de poder, abordan las problemáticas globales de migración, de censura y de represión a través de sus trabajos participativos.

Y vamos a terminar el ciclo en octubre con “I wanna be with you” (Quiero estar contigo), una muestra de una revisión de videoarte de un galerista y coleccionista suizo que se llama Pierre Vhuber. Entonces, son videos, películas, sonidos y también performance en vivo. Dentro de la colección se destacan importantes artistas como Bill Viola y Mario García Torres, entre otros.

Situación financiera

ENS:- ¿Cuál es la situación económica del Mambo actualmente?

CH:- Este año la verdad quedamos un poco sorprendidos. Recibimos dineros públicos del Ministerio, nos da un apoyo el Distrito pero nos hicieron un recorte del 50%. Esta programación que tenemos expositiva es nuestra ilusión hacerla, pero no sabemos si en algún momento, o a mitad de año, podamos volver a prestar otro apoyo para conquistar  otras exposiciones. Estamos tristes porque nos dieron la mitad de lo que generalmente nos daban.

ENS:- ¿Cuáles serán los retos para el Museo este 2020?

CH:- Que este Museo sea muy visitado, que se sienta que es un sitio de todos, que la gente pueda llegar a hablar y compartir. Estas exposiciones van a tener mucho de eso, para que las comunidades se sientan dentro del museo y que tengan mucha participación con el performance, con los videos y las conferencias. Todo lo que vamos a abarcar tendrá unos esquemas muy sociales, de activismo y sentimos que la gente tiene que participar. Esperamos que nuestro Museo esté muy activo todo el año.

ENS: ¿Cómo ha avanzado el Museo en estos casi 57 años de fundación?

CH: Creo que el Museo cada vez es más reconocido. Es un espacio donde tenemos y guardamos una historia de arte moderno; donde tenemos a los mejores artistas, maestros, escultores, y creo que el Museo está muy vivo. Hemos hecho una red de amigos y eso es lo que necesitamos: que la gente aporte al Museo, tanto en su visita, su comunicación y apoyo económico. El Museo es muy necesario para Bogotá.

El Mambo tiene un rol muy importante en la sociedad contemporánea porque los museos no pueden desasociarse del contexto en el que se encuentran las comunidades, la ciudad en este caso. Es donde tenemos que asumir nuestra responsabilidad social como agentes de cambio y promover a conciencia la identidad, la memoria, la diversidad y que todo eso se genere del Museo y de las exposiciones que estamos presentando.