LOS documentos legales convalidan que el comisario del “Rey Católico” quiso emigrar dos veces a América Latina y no solo una vez como lo propagan algunos eruditos erróneamente (Miguel de Cervantes Saavedra quiso emigrar dos veces a América Latina (eHumanista, 2013). La carta autógrafa, del 17 de febrero de 1582, en Madrid, del autor de El Trato de Argel (1582) remitida “al ilustre señor Antonio de Eraso, del Consejo de Indias de Lisboa”, documenta que Cervantes pidió una vacante en el Nuevo Continente, y confesó que se entretenía “en criar La Galatea”, la primera novela pastoril (Sliwa, Documentos, 124-25).
El mensaje reza así: “Ilustre señor. El secretario Valmaseda ha mostrado conmigo lo que yo, de la que vuestra merced me había de hacer, esperaba; pero ni su solicitud ni mi diligencia pueden contrastar a mi poca dicha la que he tenido en mi negocio es que el oficio que pedía no se provee por Su Majestad; y así, es forzoso que aguarde a La Carabela de Aviso, por ver si hay alguno de alguna vacante que todas las que acá había están ya proveídas, según me ha dicho el señor Valmaseda, que con muchas veras sé que ha deseado saber algo que yo pudiese pedir. Deste buen deseo suplico a vuestra merced dé el agradecimiento, en las suyas, que merece, sólo porque entienda que no soy yo desagradecido” (Sliwa, Documentos, 124-25).
Al lado de ello, declaro por primera vez que Cervantes esperaba adquirir las novedades sobre nuevas vacantes en el Nuevo Mundo, despachadas mediante el navío militar del trasporte marítimo de correspondencia La Carabella de Aviso, la que siempre venía antes de la llegada de la flota y en esta ocasión, de la Flota de Nueva España encabezada por el general Álvaro Manrique de Lara (1535?-1604), 7º virrey de la Nueva España, en agosto de 1582 en Sanlúcar de Barrameda, o el almirante Juan Martínez de Recalde Larrinaga (1540-1588).
No obstante, tras esta comunicación no se sabe nada, o sea, cuándo y dónde uno de los mejores espías de “Friedensfürst” (1527-1598) habló con Eraso por última vez, si le escribió otras cartas, dónde y cuándo se reunieron, y de qué asuntos trataron. En breve, Cervantes no consiguió nada a pesar de las buenas palabras de Francisco Sopando de Valmaseda, secretario de la Escribanía de Justicia de la Secretaría del Consejo Real de Indias, y del secretario Antonio de Eraso, por cuyas manos pasaron todos los asuntos hispanos.
De acuerdo con la segunda carta-petición, un Memorial, del 21 de mayo de 1590 en Madrid, “el príncipe de los ingenios españoles” suplicó una de las cuatro vacantes en el Nuevo Mundo, a saber, la contaduría del Nuevo Reino de Granada de la Real Audiencia de Santafé de Bogotá, Colombia (pudo incluir un puesto en Colombia, Ecuador y Venezuela)m de la Real Audiencia de Santafé de Bogotá dentro del Virreinato del Perú, la gobernación de la provincia de Soconusco de la Audiencia y Cancillería Real de Guatemala (hoy Chiapas, México), y el contador de las galeras de Cartagena de Indias, Colombia, y el corregidor de la ciudad de La Paz (hoy Bolivia), de la Audiencia y Cancillería Real de La Plata de los Charcas del Virreinato del Perú, denominada más adelante Alto Perú, y creada por Felipe II, el 4 de septiembre de 1559.
Empero, el 6 de junio de 1590, el héroe de Argel recibió una respuesta negativa del Presidente del Consejo de Indias, Fernando de la Vega y de Fonseca y sus consejeros, declarando: “busqué por acá en que se le haga merced” (Sliwa, Documentos, 225-26). El puesto fue designado a Alonso Vázquez de Ávila y Arce, nombrado el 5 de junio de 1590.
De todos modos, no está documentado, cómo y cuándo Cervantes se enteró del puesto de la contaduría del Nuevo Reino de Granada.
Al lado de ello, algunos cervantistas alegan que Cervantes, uno de los comisarios más fieles, honestos y leales de “el Prudente”, no estuvo calificado para dicho cargo. Esa no es la verdad, pues en conformidad con mi investigación, la documentación legítima afirma que tenía la experiencia laboral de más de 3 años, desde el 13 de abril de 1587, siendo comisario real de abastos de Felipe II para la provisión de la Grande y Felicísima Armada, de las Galeras de España, y de las Flotas de las Indias. Durante este tiempo, trabajaba, inter alia, para Antonio de Guevara, proveedor del Consejo de Hacienda y Proveedor de las Armadas y Flotas de Indias, colaboraba con Agustín de Oviedo, Teniente de Proveedor de las Galeras y Armadas de España, Agustín de Cetina, Contador y pagador de provisiones, Jerónimo Maldonado, Tenedor de bastimentos y municiones, y el licenciado Diego de Valdivia, alcalde del Crimen de la Real Audiencia de Sevilla y Juez del Rey Nuestro Señor y de sus Reales Armadas y Fronteras. Aún, otorgaba, verbi gratia, el aprovisionamiento para los galeones de Su Majestad del cargo del Capitán General de la Carrera de Indias, Diego Flores de Valdés (1530-1595).
Tampoco se pueden descartar las cartas de recomendación para el héroe de Lepanto de don Juan de Austria (1545-1578), y del III duque de Sesa (1520/21-1578) para Felipe II, así como otras cartas halagüeñas, example gratia, del Maestre de campo, Diego Enríquez de Castañeda y Manrique (1535-1601), de Tercio Viejo de Sicilia, y del Presidente del reino de Sicilia, Carlos de Aragón y Tagliavia (1530-1599), virrey de Sicilia, para que Cervantes, como capitán, levantara una nueva compañía de Infantería en España con destino a Italia, incluso la medalla conmemorativa de la “Batalla de Lepanto”, grabada por el italiano Gian Federico Bonzagni (1507-1588) y decretada por el Papa Pío V (1504-1572) en 1571, y otras dos medallas conmemorativas, ordenadas por Don Juan de Austria, la primera de la “Batalla de Lepanto”, y la segunda de la “Conquista de Túnez en 1574”.
Sin embargo, hasta ahora ningún biógrafo cervantino aclaró en qué divisiones administrativas del Nuevo Reino de Granada, Cervantes pudo ejercer el cargo de contador, que recibió Juan Beltrán de Lasarte (1556-?), de la Real Hacienda de Santafé de Bogotá, el 6 de febrero de 1592, debido a la muerte del capitán Gerónimo de Tuesta. Conviene destacar que el 30 de marzo de 1590, el doctor en leyes Antonio González (1535-1601), Gobernador General del Nuevo Reino de Granada, llegó a la Ciudad Heroica porque necesitaba a contadores para verificar los títulos de tierras otorgados por cabildos, gobernadores y audiencias, los cuales podían sanearse mediante el pago de una suma al tesoro real.
En vista de ello, opino que pudo ser en Angostura de la provincia de Guayana, en Cartagena, en Pamplona, en Popayán, en Quibdó, en San Juan de Pasto -cuyo territorio perteneció al gobierno de Popayán y de la provincia de Quito (Ecuador)-, en Santa Fe de Antioquia, en Santafé de Bogotá, en Santa Marta o en Tunja.
En resumidas cuentas, basándome en las joyas documentales, es verosímil que Cervantes haya recibido noticias sobre dicho puesto de su gran amigo Pedro de Ludeña, gobernador de la Ciudad Amurallada (1586-1593), quien fue amigo del entonces gobernador del Nuevo Reino de Granada, Antonio González.
*Profesor de la Universidad del Atlántico, Colombia y una de las primeras autoridades cervantinas. Ha publicado varias obras fundamentales sobre Miguel de Cervantes Saavedra y su familia, Pedro Calderón de la Barca, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Lope de Vega, y Garcilaso de la Vega.