Ya está, ya lo vimos, el primer capítulo de la octava y última temporada de Game of Thrones ya salió y hace ocho días las expectativas eran tan altas que era casi seguro que no las llenaría todas, pero vaya que el comienzo del final fue digno de la serie que más ha ganado premios Emmy desde que el certamen se inventó.
Desde el retumbar de los Inmaculados hasta el encuentro entre Jaime y Bran, pasando por la aventura voladora de Jon sobre Rhaegal y la noticia sobre el verdadero origen del ahora ex Rey en el Norte, entre otros muchos, fueron momentos que han de colocar los cimientos para lo que viene en los cinco capítulos que restan.
Como fan de la serie puedo decir que esperaba que en los reencuentros que se dieron, como en las escenas que se venían obligatoriamente, como por ejemplo en el primer vuelo de Aegon sobre Rhaegal, hubiera más desarrollo, sustancia, emotividad o simplemente no ocurrieran, pero no, se notó que necesitaban salir de eso lo más rápido posible para poder entrar en el cierre de la historia y en eso se fue el primer capítulo de la octava temporada de Juego de Tronos.
El capítulo de hoy
Jaime estará en una especie de juicio, en el que esta vez Jon, la Dama de Winterfel y la Reina serán los jueces, jurado y muy probablemente verdugos, aunque poco me hace pensar que la historia de Jaime terminará hoy, y que Tyrion no dé todos sus argumentos y hasta su vida para salvar a su hermano de morir quemado por Drogon.
Asimismo, en la promo podemos ver a Tormund llegando a Winterfel y diciendo “hasta antes del amanecer”, haciendo referencia al arribo del ejército de los muertos, y acto seguido, Tyrion en las murallas, ¿liderando la defensa del castillo como lo hiciera en Desembarco del Rey?...
Entonces, solo queda sentarse esta noche a las 8:00 p.m. poner HBO y disfrutar del segundo capítulo de Game of Thrones… hasta el próximo domingo y como siempre valar morghulis.