El bikini ¡al ropero! La malla entera regresa a las playas en Europa y se lleva en su versión sport pero muy sexy. Mientras tanto, los hombres dejan los muslos a la vista.
Los franceses son los campeones de Europa en materia de cantidad de trajes de baño comprados, según el salón Mode City organizado este mes en París.
Las francesas compran más de dos mallas de baño por año y gastan un promedio de 27 euros por prenda. Es un mercado en muy buena salud, que facturó 492 millones de euros en 2013, es decir un 36% más que el año pasado.
Las mujeres creyeron que el bikini había derrotado a la malla entera, pero la tendencia vuele a revertirse. Las mallas en dos piezas siguen representando más de la mitad de las ventas, pero caen un 16,5% con relación a 2013.
"La malla en dos piezas no le queda bien a todas las mujeres", comenta Cécile Vivier-Guérin, directora de marketing de Mode City. "La malla en una pieza, por su parte, se adapta a todas las morfologías: esculpe la silueta".
La tendencia dentro de la tendencia es que la malla entera sea deportiva. "Es una tendencia generalizada en el prêt-à-porter, junto con la de los joggings y las zapatillas", destaca Vivier-Guérin.
La malla deportiva ya no está reservada exclusivamente a la piscina: se lleva en la playa, pero con algunas modificaciones. Es más angosta y la espalda, que se ha convertido en "la base de creatividad para las mallas" es muy escotada.
La mallas se ofrecen algunos casos en neoprene, como en los trajes de buceo o de surf. Pueden tener un cierre a cremallera aparente.
- Monokini, tankini, trikini -
Vuelve el monokini, pero diferente, se lleva por ejemplo con una remera anudada en la cintura.
También existe el tankini, o falsa malla entera, compuesta de un calzón y una musculosa, para las mujeres que quieran disimular algún rollo sin dejar de broncearse: se cubren al bañarse y se quitan la parte de arriba para dorarse al sol.
A no confundir con el trikini, mucho más difícil de llevar. Es muy sexy pero rara vez sale de las páginas de moda de las revistas femeninas. Con sus bandas finas que unen la parte de arriba a la de abajo, no es lo ideal para un broceado armonioso.
Y los estampados: las flores y los motivos tropicales, un poco vintage, son tendencia. Pero hay mucha malla unida.
Los estampados también regresan a las mallas de los hombres, que se interesan cada vez más por su aspecto en la playa. "Los hombres antes cambiaban de malla sólo cuando era indispensable. Ahora les gusta cambiar en cada temporada, o tener varias para el verano", afirma Cécile Vivier-Guérin.
Los más a la moda entierran las bermudas por debajo de la rodilla, pasadas de moda, y vuelven a mostrar sus muslos. Las bermudas se llevan muy cortas, como en los años 60s en Estados Unidos. Algunos van más lejos y osan el slip ajustado. "Los hombres también quieren broncearse mejor".